*** México diverso. Sus lenguas y sus hablantes, de Dora Pellicer, fue comentado por el titular del INAH, Diego Prieto Hernández, y la filóloga Asunción González
*** El volumen, presentado en el Museo Nacional de Antropología, aborda esta convivencia lingüística en tres momentos: el colonial, el independiente y el actual
En México, más del 87% de los hablantes de alguna lengua indígena también se comunica en español, es decir, son bilingües; en ese sentido, cabe preguntar qué hace la sociedad hispanohablante para aprender alguna de las hablas originarias del país y contribuir así a su reivindicación, apuntó la lingüista Dora Pellicer Silva al presentar su más reciente libro: México diverso. Sus lenguas y sus hablantes (INAH, 2021).
El volumen, el cual reúne ensayos de su autoría elaborados a lo largo de tres décadas, fue presentado en el Museo Nacional de Antropología y transmitido por el canal INAH TV, en sintonía con la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México. Los comentarios corrieron a cargo del director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, y la académica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ascensión Hernández Triviño.
Dora Pellicer, profesora-investigadora del INAH, se mostró convencida de que “si logramos tener un bilingüismo, tal como se concibe ahora: de carácter comunicativo, que dé lugar a que el español que hablan los indígenas, no sea discriminado y si, por otra parte, logramos que la sociedad hispanohablante pueda reconocer y dialogar de forma simple en alguna lengua indígena –la que predomine en la región–, a través de su enseñanza en la escolarización pública, estaremos en camino a la revitalización de esta diversidad”.
Como explicó el titular del INAH, Diego Prieto Hernández, en esta compilación se aborda la convivencia de las lenguas indígenas con el español en tres momentos de la historia: el colonial, el independiente y el actual, para cerrar con una reflexión que muestra la capacidad de los herederos de nuestros idiomas originarios para apropiarse de la lengua de Estado.
La obra de Dora Pellicer incursiona en el pasado occidental para recuperar pautas del poder adquirido y ejercido históricamente de unas lenguas sobre otras: “la batalla por las lenguas”, una constante en el devenir de la humanidad hasta hoy, citó por su parte Ascensión Hernández Triviño. Este panorama global es el marco que conduce a plantear el papel de nuestros diversos idiomas indígenas y sus hablantes en el gobierno virreinal.
El antropólogo Diego Prieto expuso que la pluralidad lingüística fue un desafío para el México independiente y la construcción de una lengua nacional: un español propio, no hispano. En el segundo apartado del libro: Las lenguas. Objeto de estudio e instrumento político, “queda clara la supervivencia de las hablas indígenas pese a los primeros 150 años de vida soberana, yendo de la contradicción entre la dedicación al estudio de las lenguas originarias y la insistencia de desterrar su uso por parte de sus hablantes.
“Dora Pellicer toma nota de la reivindicación de los pueblos indígenas, incluido su patrimonio lingüístico, que supuso los Acuerdos de San Andrés Larráinzar o Sakamch’en de los Pobres, en Chiapas, firmados en 1996 por el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Se trató de un momento culminante de la emergencia indígena en nuestro país.
“Hay que entender —continuó Prieto Hernández— que la conquista del reconocimiento de todas las lenguas originarias de nuestro territorio, como lenguas nacionales, no es producto de una ocurrencia, sino que implicó una lucha librada por estos pueblos y también en la insistencia desde la academia por reivindicar este plurilingüismo, destacando la voz de estudiosos como Miguel León-Portilla”.
Por su parte, Ascensión Hernández Triviño resaltó que para la autora “la oralidad es fundamental en el debate de los derechos lingüísticos y en la toma de decisiones en la política lingüística. Sobre el tema hace un recorrido histórico, recordando que la escritura en Mesoamérica se sustentaba en el arte de la oralidad y que los escritores en lenguas indígenas actuales también se sustentan en ella.
“El discurso de Dora Pellicer nos lleva al gran debate de finales del milenio y abre dos asignaturas pendientes: La primera, la ausencia de las oralidades indígenas, lengua y cultura y la educación; la segunda, la ausencia de una educación indígena para la sociedad mestiza”.
El libro cierra con una reflexión sobre el bilingüismo lengua indígena- español: Los hablantes. Creatividad del español concentrada en el español mazahua. El estudio de caso, que aquí examina Dora Pellicer, tiene una deuda de gratitud con los hablantes mazahuas que forman parte de la migración interna en México.
“Varios de los capítulos analizan el contacto entre el español y el mazahua, en boca de ocho mujeres que van y vienen de sus comunidades a la Ciudad de México, así como el proceso histórico de este pueblo en las pocas fuentes que quedan, pues solo hay un impreso de la época virreinal”, finalizó la filóloga.