• La arqueóloga Carmen Rojas, el antropólogo físico Allan Ortega y la antropóloga social Xóchitl Ballesteros, conversaron del tema en la FILAH
• La entidad cuenta con una colección de individuos precerámicos cuya temporalidad oscila entre los 13,000 y 8,000 años de antigüedad
Aunque es el estado más joven del país, junto con Baja California Sur, el territorio que hoy ocupa Quintana Roo ha recibido la llegada de grupos humanos desde hace 14,000 años, como la atestigua el descubrimiento de una decena de individuos precerámicos en cuevas sumergidas de esta parte de la península de Yucatán.
Lo anterior fue referido en el conversatorio “La migración en Quintana Roo, desde Naya hasta la actualidad”, celebrado a propósito del 50 aniversario de la creación de esta entidad federativa, invitada de honor de la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), con la participación de la arqueóloga subacuática Carmen Rojas Sandoval, el antropólogo físico Allan Ortega Muñoz y la antropóloga social Xóchitl Ballesteros Pérez.
La investigadora del Centro INAH Quintana Roo, Carmen Rojas, expuso a los asistentes del Auditorio Fray Bernardino de Sahagún, del Museo Nacional de Antropología, que, hace todavía unos años, se establecía que la región había recibido tres oleadas migratorias; pero esto ha cambiado, planteándose que a Tulum llegó una sola oleada hace casi 14,000 años.
La colección de individuos precerámicos, que comúnmente reciben el nombre del sitio donde fueron encontrados: Naharon, Muknal, Chan Hol 2, Naya, Las Palmas, Chan Hol 1, El Pit 1, Ixchel, El Pit 2 y El Templo, oscila entre los 13,000 y 8,000 años de antigüedad.
“Gracias a los análisis craneofaciales realizados entre estos especímenes de la zona de Tulum y sus contemporáneos sudamericanos, además de compararlos con poblaciones actuales de nativos americanos y del resto del mundo, sabemos que, cuando los primeros grupos humanos arribaron de América del Norte, al Caribe mexicano, ya tenían un alto grado de diversidad morfológica y adaptaciones a ambientes tropicales, como la disminución de su estatura”, explicó la especialista.
Tradicionalmente, dijo, a la más antigua oleada al continente se le ha llamado paleoamericana, y fue resultado de un flujo de pocas personas; a esta corresponden los individuos descubiertos en cuevas inundadas.
Por otra parte, “la segunda ola migratoria a América es conocida como amerindia”. Esto no quiere decir, acotó Rojas Sandoval, que existiera un paréntesis entre ambos, pues durante bastante tiempo hubo flujo de poblaciones entre Asia y América, lo cual hace que la genética sea mucho más compleja: “Es probable que los amerindios tengan una contribución paleoamericana, es decir, los amerindios que vemos hoy (nativos americanos o indígenas) sean el resultado de la interacción entre unos y otros”.
Tras 20 años de arqueología prehistórica subacuática y paleoantropológica en Quintana Roo, “ya podemos hablar de los humanos, los animales y los ambientes de ese tiempo”, consideró la arqueóloga, quien ahora enfoca sus investigaciones en el Holoceno, 8,000 años antes del presente, para comprender ese periodo posglacial, de cambios drásticos, el cual, entre otros aspectos, condujo a la inundación de las cuevas de la región, otrora secas.
Respecto a las relaciones sociales durante la época prehispánica en la Costa Oriental, el también investigador del Centro INAH Quintana Roo, Allan Ortega Muñoz, destacó que fue diversa en el periodo Clásico (250-900 d.C.), y aún más en el Posclásico Tardío (1200-1520 d.C.), como lo indican los análisis en restos óseos obtenidos en diversos sitios, observándose una variabilidad en la alimentación o en prácticas culturales, como la modificación craneal, además de otras características biológicas y demográficas.
“Para entender la migración para estos periodos, hay que conocer las ciudades y revisar su importancia al interior de la región. Un punto interesante es que la Costa Oriental de Quintana Roo fue más un punto de partida, que de llegada.
“Estudios de paleodieta a la osamenta de un individuo, recuperada en Oxtankah, determinaron que correspondía a una persona nativa que migró al Petén, y regresó a su terruño para morir. Entonces, estamos viendo estas migraciones circulares, desde épocas tempranas”, ejemplificó.
Finalmente, la investigadora de la Universidad de Quintana Roo, Xóchitl Ballesteros Pérez, abordó la génesis de Cancún hace 50 años, como un centro integralmente planeado, como polo de desarrollo turístico. A esta distancia temporal, se ha convertido en un espacio entre la globalización y la migración, ya que la mano de obra maya (tanto de Yucatán como de Quintana Roo) ha sido fundamental para su construcción y los servicios que ofrece.
La FILAH es el encuentro literario, especializado en ciencias antropológicas, más importante de América Latina, este año cuenta con más de 400 actividades gratuitas y aptas para todo público. Consulta el programa en este enlace: www.feriadelibro.inah.gob.mx.
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