El 11 de julio de 2021 falleció la querida maestra María Dolores Morales Martínez, gran estudiosa de la historia de la ciudad, en la cual nació y se despidió de la vida. Ingresó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el 16 de marzo de 1963. En sus primeros años laboró en el Museo Nacional de Historia y en el Departamento de Monumentos Coloniales.
En ese entonces, escribió diversos ensayos sobre la historia del arte mexicano, entre los que destacan “El traje civil en la Nueva España”, para el número 77/78 de la revista Artes de México, de 1966, dedicado a la indumentaria mexicana; diversas reseñas de pinturas novohispanas para el libro La pintura mexicana en colecciones particulares, siglos XVI al XVII, editado por Javier Pérez de Salazar, en 1968, y un apéndice para el libro de Gonzalo Obregón, La Capilla de los Medina Picazo en la iglesia de Regina Coeli, de 1971.
En ese último año, durante la gestión de Enrique Florescano, se integró al Seminario de Historia Urbana, coordinado por Alejandra Moreno Toscano, del Departamento de Investigaciones Históricas, hoy Dirección de Estudios Históricos, donde Dolores Morales encontró una rica veta de investigación que supo explotar con admirable empeño, rigor y profundidad de análisis: la historia de la Ciudad de México.
Inicialmente estudia las obras de viajeros extranjeros que describieron con sus particulares miradas la gran urbe nacional, para el libro colectivo Fuentes para la historia de la ciudad de México. Bibliografía sobre desarrollo urbano y regional, coordinado por Moreno Toscano, en 1972, recuperación bibliográfica comentada de gran valor y utilidad que, años después, vería su publicación corregida y aumentada por Siglo XIX Editores, 1984, en el primer volumen del libro Fuentes para la historia de la ciudad de México 1810-1979 o en la revista Historias, número 14, de julio-septiembre de 1986.
Durante los años setenta, Dolores Morales también sentó las bases de otras líneas de investigación de especial novedad historiográfica: la estructura de la propiedad, el desarrollo urbano y los empresarios que formaron los primeros fraccionamientos de la Ciudad de México.
Sus textos, publicados en prestigiosas revistas o en libros colectivos, como Ciudad de México: Ensayo de construcción de una historia y formación y desarrollo de la burguesía en México, de 1978, siempre acompañados de minuciosos planos, resultado de la consulta y recuperación de cuantiosos padrones de propietarios, rentas o habitantes decimonónicos e inexplorados protocolos notariales, caracterizan el andamiaje de sus aportaciones más citadas y más reconocidas en el medio académico. Tal fue el caso que, en 1981, recibió el Premio Anual de Historia de la Ciudad de México, convocado por el Departamento del Distrito Federal, por su trabajo “Distribución de la propiedad inmueble en la ciudad de México 1813-1848”.
Los ochenta fueron años en los que Morales participó en otras obras colectivas de investigación o difusión como el Atlas histórico de la ciudad de México 1528-1910, publicado por el Departamento Central, en 1981; la Historia del arte mexicano, de Salvat, en 1982; el libro Orígenes y desarrollo de la burguesía en América Latina 1700-1955, de Nueva Imagen, en 1985; un nuevo Atlas de la ciudad de México, editado por El Colegio de México, en 1985, o en Historias para temblar: 19 de septiembre de 1985, publicada por el INAH, en 1987.
En la siguiente década, junto con algunos de sus compañeros del Seminario de Historia Urbana, publica la Bibliografía. Ciudad de México, época colonial, en 1992. En ese periodo también diversifica a sus interlocutores al integrarse a diversos proyectos colectivos emprendidos por sus colegas del Instituto Mora y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Resultado de estos encuentros los atestiguan sus trabajos en las obras: La ciudad de México en la primera mitad del siglo XIX. Economía y estructura urbana, de 1994; Iglesia, Estado y economía. Siglos XVI al XIX y La Odisea Iberoamericana. Arquitectura y urbanismo. El V centenario: Aventuras y desventuras de la arquitectura iberoamericana, de 1995, o Ciudad de México: Instituciones, actores sociales y conflicto político, 1774-1931, de 1996.
No obstante, siempre fiel a su trabajo colectivo en la Dirección de Estudios Históricos, junto con Sonia Lombardo, Guadalupe de la Torre, María Gayón y Jorge González Angulo, al mediar la década de los noventa inicia un proyecto para rescatar y explotar los principales padrones de población de la Ciudad de México. En este caso, Morales se hizo cargo del padrón de la municipalidad de México de 1882, y quienes la conocimos supimos de sus esfuerzos por certificar y volver a certificar los datos de todos y cada uno de los más de 220 mil habitantes que moraban la urbe en aquel entonces. Los resultados del proyecto, si bien se dieron a conocer en distintos artículos y obras colectivas y fuentes, tuvieron como resultado la publicación de tres libros con el sello editorial del INAH: Imágenes de los inmigrantes en la ciudad de México 1753-1910, en 2002; El quehacer de censar. Cuatro historias, de 2006, y Territorio y demarcación en los censos de población. Ciudad de México, 1753, 1790. 1848 y 1882, de 2009. Ello, sin olvidar su colaboración en la organización de algunos.
Si bien gran parte de la obra se dio a conocer en trabajos coordinados por diversos especialistas o por ella misma, como el libro que editó junto con Rafael Mas, Continuidades y rupturas urbanas en los siglos XVIII y XIX. Un ensayo comparativo entre México y España, de 2000, muchos tuvieron la oportunidad de conocer sus más destacados ensayos en el libro Ensayos urbanos. La ciudad de México en el siglo XIX, que le publicó la UAM, Unidad Xochimilco, en 2011, prueba del reconocimiento de la gran calidad de sus ensayos y su valor en la formación de nuevas generaciones de especialistas de la historia, la arquitectura y el urbanismo.
En la última década, aunque pudo mantenerse satisfecha con sus logros, no dejó de escribir artículos originales y profusamente documentados, reseñar libros, asistir a diversos repositorios documentales y tomar notas en seminarios y coloquios especializados. Fue el caso de otro ambicioso proyecto que inició para conocer la historia de los empresarios y las redes de negocios que entramaron los propietarios de las principales casas bancarias que operaban en la Ciudad de México, los cuales fueron antecedente de la banca moderna. Aunque inició estudiando a más de diez casas bancarias, paulatinamente se fue inclinando por algunas formadas por comerciantes banqueros de origen alemán como Agustín Gutheil y Esteban Benecke. Sus resultados se dieron a conocer en el libro Historias de comerciantes, de 2018, y seguramente aparecerán en otro texto que formará parte de su obra póstuma.
Sus compañeros y académicos que gozamos del privilegio de trabajar con ella o se nutrieron de su profundo conocimiento enciclopédico, siempre la recordaremos por su mirada lúcida, siempre atinada. Y su memoria impresa es y será una pieza clave para comprender el desarrollo y las transformaciones que vivió la Ciudad de México durante el siglo XIX.
Dra. Delia Salazar Anaya
Directora de Estudios Históricos del INAH