El "cometa del siglo" en Teotihuacan
Los cometas son cuerpos celestes congelados compuestos de gases, rocas y remanentes de la formación del universo y del Sistema Solar. Tienen órbitas elípticas alrededor del Sol, las cuales pueden tardar cientos, e incluso miles de años, en completarse.
Gracias a la luz solar —ya que no poseen brillo propio— los cometas son visibles en el cielo en determinados momentos del año, especialmente cuando su desplazamiento se cruza con el de la Tierra. Al acercarse al Sol, su temperatura aumenta, convirtiendo el hielo en gas a través del proceso de sublimación. La cola del cometa, que puede alcanzar hasta 150 millones de kilómetros de longitud, se forma como resultado de este proceso endotérmico.
El cometa catalogado como C/2023 A3 (Tsuchinshan-Atlas), preveniente de la nube de Oort, fue descubierto por el Observatorio de la Montaña Púrpura (Tsuchinshan) el 9 de enero de 2023, y también fue registrado de forma independiente en Sudáfrica el 22 de febrero de 2023 por el sistema Atlas.
Se le ha denominado el “cometa del siglo” porque es visible a simple vista, tal como ocurrió en la madrugada del 1 de octubre durante un evento organizado por el INAH en la azotea del Museo de la Pintura Mural “Beatriz de la Fuente” en la zona arqueológica de Teotihuacan. Fue un momento inolvidable, especialmente porque las condiciones climáticas eran adversas debido al impacto de dos huracanes en los litorales del país, así como a la contaminación lumínica y atmosférica de la cuenca de México.
La última vez que un cometa excepcionalmente brillante fue observable en las latitudes del norte sucedió en 1997, cuando el cometa Hale-Bopp iluminó el cielo.
Foto: Nathalie Euler