• El investigador emérito del INAH fue reconocido por sus aportes al concepto de patrimonio biocultural
• El biólogo Víctor Manuel Toledo señaló que Boege es miembro de la ciencia transdisciplinaria del siglo XXI, que cuestiona el sistema global
“México es centro de origen, domesticación y diversificación constante del maíz y de otras especies, y su defensa es la fuerza de origen de la transdisciplina que hemos venido desarrollando. La diversidad es un motor en constante crítica, respecto a la comercialización del monocultivo, pero solo con ella tenemos perspectivas”, sostuvo el antropólogo Eckart Boege Schmidt (Ciudad de México, 1946), en el homenaje que se le rindió en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).
Con la sencillez que le caracteriza, el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hizo de estos honores un acto de agradecimiento colectivo, empezando por los amigos, colegas y la familia que cimentó con la también antropóloga Luisa Paré Ouellet, que le acompañaron.
“Es un reconocimiento a las instituciones que me han cobijado. A lo largo de medio siglo, no ausente de vicisitudes, el INAH me brindó la libertad de poder moverme, adentrándome así en las realidades sociales, indígenas y campesinas de diferentes zonas del país”, expresó.
Boege Schmidt destacó que, tanto el INAH, como la Escuela Nacional de Antropología e Historia, cumplen 85 años de su creación, y es justo reconocer que este centro de estudios –donde se formó, fue profesor y fundador de posgrados− recibió a grandes luchadores de Latinoamérica y del mundo, como Paul Kirchhoff, Leo Zuckermann Maus, Juan Comas, Pedro Bosch Gimpera y Hugo Blanco Galdós, entre otros; y desde ahí, también nació una perspectiva contrapuesta al indigenismo que había imperado desde la posrevolución.
En ese sentido, el director general INAH, Diego Prieto Hernández, destacó que los aportes de Eckart Boege “han sido decisivos para trascender esa antropología centrada en el indigenismo integracionista, y de un marxismo fundamentalmente economicista e incapaz de ver el potencial revolucionario del campesinado y de los pueblos indígenas.
“El trabajo de Eckart Boege alrededor del patrimonio biocultural es fundamental para el INAH. Ya no podemos pensar que el instituto solo se ocupa del patrimonio material e inmaterial, como si estuvieran disociados, la institución debe incorporar esta visión, la cual considera a la pluralidad étnica, lingüística, comunitaria y cultural del país en un sentido más amplio”, señaló el titular del INAH, dependencia de la Secretaría de Cultura federal.
El homenajeado ha sustentado la noción de patrimonio biocultural, junto y a la par de colegas, como el antropólogo Narciso Barrera-Bassols, y el biólogo Víctor Manuel Toledo Manzur, quien fue uno de los comentaristas del evento.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México calificó a Boege Schmidt como un intelectual transgresor, que rompió los barrotes de la etnografía, yendo contra la idea de acomodar la realidad a la teoría: “El mayor aporte de Eckart es el término de lo biocultural, para el caso mexicano, y que se inserta en una corriente científica que está es ascenso en todo el mundo.
“En este siglo XXI, la ciencia experimenta una integración del conocimiento, de la sociedad con la naturaleza, mediante cuatro corrientes: la ciencia para la sustentabilidad, la teoría de lo socioambiental, el metabolismo social y la bioculturalidad. Somos, un poco, la versión mexicana de esta nueva ciencia, en la que entran también los estudiosos del cambio climático y de la desigualdad social. Una ciencia subversiva, porque cuestiona el sistema global”.
Las investigadoras del Centro INAH Michoacán y de la Secretaría de la Cultura y las Artes del Estado de Yucatán, Aída Castilleja González y Olga Silvia Terán y Contreras, respectivamente, hicieron hincapié en el trabajo que, el autor de El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México (2008), ha realizado con poblaciones mazatecas, mayas de la región de Calakmul, en Campeche; de la Mixteca Alta, nahuas de Puebla y Tlaxcala, y totonacas de Veracruz.
“Eckart Boege es un referente, no solo por los temas de investigación, sino por la manera de llevarla a cabo, inclinándose por proyectos colectivos, de diálogos de saberes y vinculados con procesos de organizaciones campesinas e indígenas, de comunidades concretas, con programas y políticas públicas, con el fin de incidir con sustento académico y compromiso social”, manifestó Castilleja González.
Por último, la antropóloga Silvia Terán consideró que Schmidt “es un intelectual orgánico. Desde la trinchera académica, ha sabido transformarse en intelectual étnico, al comprender los enlaces entre la ontología del ser étnico, la cultura del poder, los lazos comunitarios y el territorio, haciendo de esos conceptos herramientas para empoderar a los colectivos con los que trabaja, frente a los intereses del Estado y de los poderes empresariales y/o locales”.
La 35 FILAH se lleva a cabo hasta el 18 de agosto de 2024, en el Museo Nacional de Antropología (av. Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec), con Quintana Roo y Belice como invitados de honor. Es el encuentro literario, especializado en ciencias antropológicas, más importante de América Latina, este año cuenta con más de 400 actividades gratuitas y aptas para todo público. Consulta el programa en este enlace: www.feriadelibro.inah.gob.mx.
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