• Gracias al Operativo Especial que se desarrolló antes, durante y después del fenómeno astronómico
San Francisco de Campeche, Camp.- El 14 de octubre de 2023, un eclipse solar anular cruzó Norte, Centro y Sudamérica. Este fenómeno astronómico fue visible en México, en regiones específicas, como el suroeste de Yucatán, el centro-norte de Campeche y el sur de Quintana Roo.
En este contexto, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro INAH Campeche, recibieron a más de 9,000 visitantes que atestiguaron el evento astronómico en las zonas arqueológicas y en los museos bajo su resguardo.
El sitio arqueológico más concurrido para observar el eclipse –que inició a partir de las 9:45 h, huso horario de la capital del Estado– fue Edzná, la cual registró 7,876 visitantes. Los demás espacios tuvieron el siguiente número de visitantes: Calakmul, 189; Becán, 139; Kankí, 102; Xpuhil, 67; Xcalumkín, 60; Tohcok, 40; Tabasqueño, 40; Dzibilnocac, 31; Balamkú, 27; Hochob, 21; Hormiguero, 19; y Chicanná, 16.
En cuanto a los museos, el número de personas que atestiguaron el avistamiento del eclipse fue el siguiente: Museo de Arqueología Maya Fuerte San Miguel, 314; Museo de Arquitectura Maya Baluarte de la Soledad, 201; y en el Museo de Arqueología Subacuática Fuerte del San José El Alto, 179.
El operativo se desarrolló sin contratiempos, derivado del adecuado comportamiento de las y los visitantes, quienes respetaron las normas de visita y seguridad en todo momento, y disfrutaron del fenómeno astronómico sin incidentes.
Lo anterior permitió cumplir con los objetivos fundamentales del programa: proteger la salud y seguridad de las y los turistas y de las y los trabajadores de las zonas arqueológicas y museos; así como garantizar la conservación y respeto del patrimonio durante la visita pública a estos espacios de memoria.
Es importante destacar que el acceso a los sitios arqueológicos y museos se realizó de acuerdo con la Ley Federal de Derechos vigente. Además, se eximió del pago a personas mayores de 60 años, menores de 13 años, jubilados, pensionados, discapacitados, profesores y estudiantes en activo, así como pasantes e investigadores que previamente obtuvieron el permiso del INAH.
En el INAH estamos comprometidos con la preservación del patrimonio arqueológico e histórico, así como con la seguridad de los visitantes, por lo que este operativo especial durante el eclipse solar anular es un testimonio del enfoque institucional en estos valores.
El INAH agradece a la Secretaría de Turismo y al Instituto de Cultura y Artes del Estado de Campeche las actividades culturales presentadas en la zona arqueológica de Edzná, así como al Consejo Estatal de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico de Campeche por facilitar el avistamiento del eclipse mediante la instalación de telescopios y una pantalla inflable; así como al Grupo Eclipses Campeche por la donación de los lentes especiales en las comunidades del Estado.
En cuanto a la coordinación en materia de seguridad, el CINAH Campeche agradece la participación al Gobierno del Estado de Campeche, al cuerpo de bomberos y a la ambulancia de la Secretaría de Salud Estatal, quienes facilitaron el disfrute seguro del patrimonio arqueológico, priorizando la conservación y el respeto al mismo, a la par de la seguridad de las y los visitantes nacionales y extranjeros.
Agradecemos a todos los que se unieron a nosotros para celebrar uno de los fenómenos astronómicos más esperados desde hace más de 30 años, cuando ocurrió uno muy similar en julio de 1991.
Hay que recordar que la fuente de información más importante relativa a la visión de los antiguos mayas sobre los eclipses es el códice Dresde, en cuyas páginas, de la 50 a la 58, están dedicadas a la presentación de tablas de eclipses, tanto solares como lunares, a los que en el Calepino Maya de Motul se les llama Chibil kin, en el caso de los eclipses de sol y Chibií u, a los eclipses lunares.
Las fuentes documentales del periodo virreinal consignan que los eclipses provocaban temor entre los mayas, pues se creía que podían provocar enfermedades o desdichas, al convertirse repentinamente el día en noche, lo que podía significar el fin del mundo; aún en comunidades contemporáneas pervive la creencia de que un eclipse puede acarrear desgracias.
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