• Fue presentado en el auditorio Juan Dubernard, del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, Palacio de Cortés, en Cuernavaca, Morelos
• Asistieron los coordinadores editoriales, los investigadores del Proyecto Chalcatzingo y el arqueólogo Jaime Alejandro Bautista Valdespino
La revista Arqueología mexicana es una publicación bimestral, editada y publicada por Editorial Raíces, cuyo número 181 está dedicado a los pueblos yaquis y mayos del Noreste de México; además, publicó un artículo especial al Monumento 9 de Chalcatzingo o “Portal al Inframundo”, y su repatriación, realizada a través de las gestiones de las secretarías de Relaciones Exteriores, de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El número fue presentado en el auditorio Juan Dubernard, del Museo Regional de los Pueblos de Morelos (MRPM), Palacio de Cortés, en Cuernavaca, por los coordinadores editoriales: Fidel Camacho Ibarra y Diego Ballesteros Rosales; el director del Proyecto Chalcatzingo, Mario Córdova Tello; la directora de la Zona Arqueológica de Chalcatzingo, Carolina Meza Rodríguez; y el arqueólogo Jaime Alejandro Bautista Valdespino.
El profesor-investigador del Centro INAH Morelos, Eduardo Corona Martínez, quien fungió como moderador, detalló que la edición contiene ocho artículos sobre yaquis y mayos, con una perspectiva tanto del pasado como del presente, de los cuales tres son sobre arqueología y cinco, etnográficos.
Asimismo, el ejemplar ofrece tres textos arqueológicos más: “El resurgimiento del Templo Mayor. Los proyectos arqueológicos en la pirámide principal de Tenochtitlan”, a cargo de Leonardo López Luján, Michelle De Anda Rogel y Saburo Sugiyama; “Las montañas sagradas de Teotihuacán”, texto de Rubén B. Morante López; y “El monumento 9 de Chalcatzingo o Portal al Inframundo”, escrito por Córdova Tello y Meza Rodríguez.
Meza Rodríguez señaló que el Monumento 9 de Chalcatzingo representa una criatura fantástica, cuya boca está conformada por tres bandas concéntricas con un orificio cruciforme al centro, el cual se muestra como el acceso a una caverna.
En cada ángulo de la cruz, se aprecian cuatro motivos ondulantes a manera de colmillos; en la parte superior, tiene un par de ojos ovoides, cuyas pupilas presentan la cruz olmeca, sus cejas son flamígeras y la forma de la nariz parece una letra “m”; sobresalen dos gotas de lluvia sobre los ojos y, en las cuatro esquinas de la cruz, unas bromelias.
“Esta portentosa escultura olmeca, datada en el Preclásico Medio (800-400 a.C.), que mide 1.80 metros de altura y 1.50 metros de ancho; originalmente estaba erguida a amanera de estela en la parte superior norte del Gran Montículo Alargado de la Zona Arqueológica de Chalcatzingo, de donde fue sustraído a inicios de la segunda mitad del siglo XX”, aclaró.
Carolina presentó publicaciones donde se cita a esta pieza, como la de 1968, cuando por primera vez el monumento aparece en el número 33 de American Antiquity, en un texto escrito por David Grove; cuando la escultura estaba en posesión del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (NY), Estados Unidos; esa indagatoria llevó, en 2003, a iniciar las gestiones para ubicar su paradero y repatriarlo.
Jaime A. Bautista Valdespino dijo que mediante un trabajo conjunto con la Unidad de Tráfico de Antigüedades del Distrito Fiscal de NY, la comunidad y el Proyecto Chalcatzingo, la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH, el Centro INAH Morelos y la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través del consulado general de México en NY, se logró su retorno en mayo pasado, inscribiendo este bien cultural en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH.
Córdova Tello acotó que el monumento fue hallado en Denver, Colorado, Estados Unidos; y la restauradora Ana B. Miramontes Mercado hizo el dictamen. Tras su llegada al MRPM el 25 de mayo del presente, se hizo una inspección para observar su estado de conservación por la titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, María del Carmen Castro Barrera, y la restauradora Mitzi de Lara Duarte, adscrita al Centro INAH Morelos.
“Hemos identificado 55 monumentos en Chalcatzingo; en tres de ellos, se aprecian motivos similares a los del Monumento 9, tal es el caso del 13, que refleja el mismo remate de cruz y bromelias; el 36, del cual se divisa un fragmento del hocico con forma de cueva; y el 1, que ostenta una semejanza en la boca y cejas flamígeras”, refirió Córdova Tello.
Concluyó que el mal llamado “Monstruo de la tierra”, cuyo título correcto es “Portal al Inframundo”, es una representación de la montaña sagrada de Chalcatzingo y tiene una enorme fuerza visual, ya que su función principal es avasallar al observador y denota el poder de los gobernantes de este sitio.