• Entre pinturas y deidades se llevó a cabo una charla virtual con el público
• Arqueología, conservación y difusión, líneas de participación de especialistas
Entre pinturas y deidades fue el tópico bajo el cual la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del Centro INAH Tlaxcala y de la Zona Arqueológica de Cacaxtla, llevó a cabo un conversatorio, el 13 de septiembre de 2023, en el marco de la conmemoración del 48 aniversario del descubrimiento de esta urbe prehispánica.
Arqueología, conservación y difusión marcaron las líneas de participación de la restauradora del Centro INAH Tlaxcala, Ilsebil Alatiel de la Mora Gómez; de los arqueólogos Mario Raúl Martínez Lara, posgraduado de la Universidad Nacional Autónoma de México; Marisol Corona Andrade, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), y Viridiana Hernández Sánchez, integrante del Proyecto Cacaxtla, del INAH; así como la promotora cultural de la zona, María Guadalupe Andrade Morales.
Con la moderación de la responsable del Área de Vinculación Educativa del sitio arqueológico, Martha Ortega Zárate, se logró la interacción con el público, vía digital. Se atendieron interrogantes y ampliaron comentarios en torno a la relevancia de las edificaciones que componen la zona patrimonial enclavada en Nativitas.
La prevalencia de las preguntas se centró en los procesos de conservación y las investigaciones recientes. Los ponentes coincidieron en el seguimiento de los trabajos que anteceden y que generaron formas específicas en el mantenimiento, a partir del acceso que la titular de la zona, Yajaira Gómez García, ha dado a estudiantes, pasantes y prestadores de servicio social, cuyo apoyo se ha reflejado en diferentes áreas.
Una de ellas son las bodegas, de las cuales la arqueóloga Marisol Corona mencionó que son de gran importancia porque las piezas resguardadas representan datos, muchos de ellos aún sin un informe, etiquetas ni fotografías, y que esperan ser estudiados con nuevas propuestas metodológicas, además de incentivar la investigación. Entre las piezas que hay están algunas que fueron parte de un relieve, lo que indica que la arquitectura de la acrópolis no era plana y tenía color.
Por su parte, Viridiana Hernández asintió que el trabajo de mantenimiento en dicho espacio, el cual se realiza desde 2015, incluye el cuidado del material resguardado. Respecto a la arquitectura del periodo Epiclásico (650-950 d.C.), donde se desarrolló una importante elite, explicó que se analizan los procesos de construcción que siguieron los trabajadores, registrando nivelaciones y diferentes usos de los espacios, donde generalmente se encuentran adobe y tepetate.
Por su parte, Mario Martínez recalcó que Cacaxtla es un campo fértil para los investigadores, porque al incontable acervo arqueológico continúan sumándose nuevas piezas; destacó elementos foráneos de origen maya y otras expresiones, como figurillas y esculturas en barro.
En cuanto a la preservación en el recinto histórico, la restauradora Alatiel de la Mora destacó la continuidad del proyecto mediante el cual, conjuntamente con la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, del INAH, se monitorea cotidianamente cada edificio del complejo de pirámides.
Asimismo, dijo, se aplica la conservación preventiva enfocada en el buen estado de los núcleos de tierra de las pirámides, sin haber exposición y que las edificaciones en su conjunto se aprecien bien. Este tipo de conservación, recalcó, es importante para evitar la restauración; por ahora, acotó, se trabaja sobre la red cristalina percibida en el mural de La batalla.
Dicha red, dijo, posiblemente se deba a ceniza volcánica incrustada y que le da una imagen velada y blanquecina ligera, sin olvidar la detección de posibles goteras que con la ceniza crean condensación de materia y puede afectar aplanados y pinturas, así como el control de luz directa, la cual también puede dañar a estas últimas.
Para cerrar la charla, la arqueóloga Yajaira Gómez reiteró que existe una versión del Plan de Manejo, el cual genera la Dirección de Operación de Sitios del INAH, accesible para el público, que se compartirá en 2024, para consulta abierta.