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Tehuacalco

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Blanca Jiménez Padilla
Horario: martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs
Último acceso: 16:00 hrs
Costo: $75 pesos

  • Significado

    Su nombre fue puesto por nahuas tras la conquista española y se deriva de las raíces Tetl, -huacalli, -co: El lugar de la caja de piedra; o Téotl, atl, calli, -co: “el lugar de la casa del agua sagrada”. La primera acepción puede referirse a la presencia de pocitas talladas en piedra que son llamadas en la localidad como tehuacallis y se encuentran en varias piedras de la zona; y el segundo puede referirse a la presencia de petrograbados alusivos al culto al agua.

  • Acceso

    Se accede a la Zona Arqueológica de Tehuacalco desde Acapulco viajando al norte o desde Chilpancingo, hacia el sur; en ambos casos se puede tomar la carretera federal núm. 95 México-Acapulco, o carretera de cuota, la Autopista del Sol. En las cercanías de la ciudad de Tierra Colorada se presenta señalamiento carretero para desviarse hacia Carrizal de la Vía y tomar el camino que sube a Tehuacalco. Ya sea desde Chilpancingo o Acapulco, el tiempo de traslado es de 1 hora con 15 minutos..

  • Relevancia cultural

    Tehuacalco es un sitio ubicado en la serranía del estado de Guerrero, en el sur del municipio de Chilpancingo de los Bravo, que ha permitido conocer una larga secuencia cultural, aspectos arquitectónicos, sistemas constructivos, y elementos simbólicos en el área limítrofe entre la región centro y la Costa Chica. El sitio posee varias ocupaciones que, por casi 3000 años, aprovecharon la posición estratégica en un corredor natural que unía el Altiplano con la Costa del Pacífico y también, a una excepcional configuración de los cerros, que visualmente parecen marcar los cuatro rumbos de la cosmovisión prehispánica. Su primera ocupación ocurrió en el Preclásico Medio, hacia el 900 a. C., llegándose a encontrar en rellenos constructivos materiales pertenecientes a la cultura olmeca y también en cuevas asociadas al sitio, vasijas estilo Capacha. Tehuacalco alcanza su apogeo durante su segunda ocupación, entre el 650 y el 1150 d. C. que corresponde al Epiclásico y el Posclásico Temprano. En ese tiempo, Tehuacalco se reocupó como una aldea altamente poblada para convertirse en un centro ceremonial de culto al agua, reflejando las nociones religiosas donde los cerros eran sagrados. Los grandes basamentos se construyeron usando piedras de granito en sus muros. Algunas rocas poseen más de 2 metro de alto, y para su uso fueron erguidas e intercaladas con lajas pequeñas apiladas en lo que se conoce como “paramento mixteco”. Entre sus estructuras se encuentra el templo principal en la cima de un cerro modificado, dedicado a los dioses de la lluvia; una unidad palaciega con patios hundidos; un juego de pelota con grabados en los taludes; así como plataformas habitacionales, restos de templos menores, calzadas empedradas, estelas lisas, grabados en los muros y petrograbados, estando algunos de los elementos articulados en perspectiva con los cerros. En el siglo XII, Tehuacalco decayó antes de ser abandonado por sus constructores, quienes poseían nociones toltecas, permaneciendo al menos dos siglos en desocupación. La tercera ocupación ocurre al final de la época prehispánica, con la llegada de un grupo que se instala en pequeñas unidades domésticas sobre las ruinas de los templos y otras estructuras. Para ese tiempo, Tehuacalco pertenecía al territorio del Yopitzingo y se considera que fueron yopes los que se asentaron ahí. Es sabido que los Yopes, Yopime o Yope-Tlapanecas conformaron una provincia que permaneció independiente ante las campañas de conquista que Tenochtitlán realizó en el actual estado de Guerrero. Los Yopes jamás fueron conquistados por los mexicas, y durante la Colonia, forjaron una agresiva rebelión contra el régimen novohispano, enviando la Corona Española un ejército para su exterminio. De acuerdo con la tradición local, en tiempos recientes Tehuacalco fungió como cuartel zapatista y ahí se fundó el poblado de Carrizal, pueblo que después fue reubicado a donde se localiza ahora con el nombre de Carrizal de la Vía. Tehuacalco fue descubierto en el año de 1991 pero fue hasta el año de 2006 que fue excavado bajo la coordinación del arqueólogo Miguel Perez Negrete, siendo abierto al público en diciembre del año de 2008.

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