Xiuhtecuhtli: pieza fundacional del primer Museo Nacional de México
En el tránsito del siglo XVIII al XIX, entre el interés ilustrado por el coleccionismo y los primeros intentos de construir una identidad nacional, nació la idea de resguardar los testimonios del pasado. Diego de la Rosa y Landa, antiguo fontanero mayor de la Ciudad de México, reunió 18 piezas arqueológicas halladas en el subsuelo capitalino, sin conocer aún su origen ni su relevancia, pero con la certeza de que se trataba de un legado ancestral. Aquella colección sería la semilla de lo que, en 1825, por decreto del presidente Guadalupe Victoria, se convirtió en el Museo Nacional de México.
Gracias al impulso de figuras como Lucas Alamán, el Museo Nacional se consolidó como refugio frente al expolio de antigüedades y su acervo creció hasta dividirse en cuatro grandes colecciones: Antigüedades, Historia, Industria e Historia Natural, que darían origen a muchos de los museos nacionales actuales, como el de Historia y el de Antropología.
En sus primeros años, el recinto incorporó tanto piezas naturales como objetos arqueológicos. Es el caso de esta escultura mexica, identificada como representación de Xiuhtecuhtli, dios del fuego, y descrita en su momento como “Indio con turbante”. Fue adquirida por Ignacio Cubas, primer director del Museo Nacional, a Antonio Carrananza por tan sólo dos pesos.
Hoy esta pieza, que formó parte del acervo fundacional, vuelve a encontrarnos en la exposición que celebra el bicentenario de la creación del primer Museo Nacional, la cual puede admirarse en el Museo Nacional de Antropología hasta el 28 de septiembre de 2025.
