En esta fascinante danza ritual, los voladores ascienden a lo alto de un gran poste de madera, hecho de un tronco recién cortado para este propósito, y se lanzan al vacío, girando en el aire mientras descienden lentamente imitando el vuelo de los pájaros. Cada volador representa un vínculo con la naturaleza y con un elemento; vestidos con sus coloridos trajes, simbolizan los cuatro puntos cardinales y el quinto elemento, el espíritu, representado por el caporal que toca una flauta y un tambor en honor del Sol.

La danza de los voladores es una antigua tradición que ha perdurado a través de los siglos, desde tiempos prehispánicos, en varias regiones de México y Centroamérica, en especial entre los grupos totonacos que habitan en el estado de Veracruz, quienes la han hecho un rasgo característico de su cultura. Debido a su importancia como una herencia viva que muestra la cosmovisión de estos pueblos, la danza se encuentra inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.