Templo del Niño Jesús: memoria de la Guerra de Castas en Tihosuco
En el corazón de Quintana Roo, el poblado de Tihosuco resguarda las huellas de uno de los episodios más significativos de la historia peninsular: la Guerra Social Maya, también conocida como Guerra de Castas.
A mediados del siglo XIX, este lugar (hoy parte del municipio de Felipe Carrillo Puerto) fue escenario de intensos enfrentamientos entre el pueblo maya y la población “blanca” conformada por criollos y mestizos, quienes eran favorecidos por las leyes y el gobierno local para mantener un control económico y político sobre los indígenas. Este conflicto, que puso de manifiesto la lucha por la tierra, la dignidad y la autonomía indígena, ha sido uno de los más largos en la historia nacional, pues comenzó en julio de 1847 y culminó hasta ya iniciado el siglo XX, en 1901.
Uno de los símbolos más visibles de ese pasado es el Templo del Niño Jesús. Construido entre los siglos XVII y XVIII, con antecedentes que se remontan al XVI, este recinto fue ocupado por la población "blanca" al estallar el conflicto. Como consecuencia, el templo recibió un cañonazo que destruyó buena parte de su fachada. Actualmente, el edificio conserva esta parte derruida como un vestigio visible de aquel enfrentamiento, pues, más que una ruina, es un testimonio de resistencia: sus piedras narran una historia que sigue viva en la memoria colectiva.
El INAH ha trabajado en la conservación de este patrimonio arquitectónico, con un enfoque que privilegia su valor histórico y simbólico, ya que, más allá de su importancia estética, el templo representa un espacio de memoria viva y un símbolo identitario y de lucha para Tihosuco y los pueblos indígenas mayas de la península.
