Templo de Santa María Acapulco: el Dios del Trueno entre santos católicos
Enclavado en la Sierra Gorda de San Luis Potosí, el templo de Nuestra Señora de la Asunción de Santa María Acapulco es uno de los referentes más importantes de identidad y espiritualidad para la comunidad pame (xi’ói) que habita esta región. Construido en el siglo XVIII por misioneros franciscanos como parte de su labor de evangelización, ha sido, por generaciones, el centro de reunión y cohesión social del pueblo.
Aunque se trata de una construcción sencilla, la iglesia representa el corazón de la comunidad. Desde hace siglos, allí convergen las prácticas tradicionales indígenas con la liturgia católica, en un espacio que permite la continuidad de rituales como el mitote, la ejecución del minuete o la colocación de ofrendas. En tiempos más recientes ha sido también el sitio al que acuden las familias para pedir por quienes han migrado en busca de trabajo.
Este sincretismo se refleja en la fachada del templo: entre los nichos dedicados a santos cristianos, destaca la figura de una especie de dragón colocada sobre la puerta principal. De acuerdo con la visión de la comunidad, este ser representa al dios del Trueno, la deidad pame más importante, pues se asocia con la vegetación.
En 2007, el templo sufrió un incendio provocado por la caída de un rayo, lo que ocasionó graves daños a su estructura. La comunidad participó activamente en el proceso de restauración, realizado por el INAH. Así, en 2014 el inmueble fue devuelto a sus habitantes, quienes lo mantienen como un símbolo de la vida e identidad colectiva.
