Paseo de Bucareli: una renovación del espacio urbano en el siglo XIX
Hacia finales del siglo XVIII, la Ciudad de México carecía de muchos servicios para el bienestar comunal, tales como alumbrado público o red de drenajes. Impulsado por estas faltas y con la intención de hacer más hermosa la capital novohispana, el virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa ordenó que se construyera un nuevo paseo, el cual, con el tiempo, comenzó a ser llamado Paseo de Bucareli en honor del gobernante.
Desde su apertura, el paseo se volvió un espacio muy popular. Sin embargo, fue una de las vías que más daños sufrió durante la Guerra de Independencia; además, una vez concluido este conflicto, algunos de sus monumentos con claras reminiscencias monárquicas fueron destruidos y sustituidos por otros que encumbraban a los héroes e ideas independentistas, como una fuente dedicada a Vicente Guerrero. Según Madame Calderón de la Barca, era común ver largas filas de carruajes, caballeros montados y muchedumbre del pueblo, sobre todo los domingos y días festivos.