Ofrendas para los muertos
El altar u ofrenda es una de las costumbres más extendidas por nuestro país durante la celebración de Día de Muertos. Unos días antes del 1 de noviembre, en las casas mexicanas se comienza la preparación de estos espacios, con el fin de tenerlos preparados antes de que lleguen las almas de los difuntos.
Si bien hay variaciones regionales, la mayoría integra elementos que se ven sin importan la geografía, como lo son el retrato de las personas a quienes se honra; veladoras para guiar a las ánimas hacia la ofrenda; comida y agua para saciar el hambre y la sed después del largo camino que hacen las almas; flores, en especial las de cempasúchil, para marcar el camino desde la entrada de la casa hasta el altar; incienso y copal para aromatizar y alejar a los malos espíritus; papel picado que da color a la festividad y representa el viento; así como las típicas calaveritas de azúcar y pan de muerto.
Otras cosas que se suelen incluir son los objetos favoritos o que de alguna manera presentaban a las personas, o en el caso de los niños, los que fueron sus juguetes predilectos.