En 1939, el entonces presidente de la República, Lázaro Cárdenas, decretó la creación de un recinto museístico que resguardara la memoria histórica del país; para ello, ordenó que el emblemático Castillo de Chapultepec, edificio construido en el siglo XVIII y que ha sido escenario de importantes sucesos, fuera la sede del nuevo museo de historia, en el que se exhibirían piezas y obras de arte que darían cuenta del devenir de México.

Así, una vez adecuado el Castillo, el 27 de septiembre de 1944 se inauguró el Museo Nacional de Historia. En su vastísima colección se conservan distintos tipos de objetos como vestigios arqueológicos, ropa, armaduras, cuadros, armas, banderas, enseres domésticos, carruajes, entre otros. Con este acervo se aborda la historia mexicana en sus diferentes periodos: prehispánico, Conquista, novohispano, Independencia, Intervenciones, Reforma hasta la Revolución Mexicana, en la segunda década del siglo XX.

Ya que el edificio fue residencia de gobernantes como la pareja imperial, Maximiliano y Carlota de Habsburgo, y presidentes, en el que sobresale la figura de Porfirio Díaz, el museo conserva parte de las habitaciones y mobiliario que estos personajes de la vida nacional utilizaron en su tiempo.

Asimismo, recinto cuenta con diferentes obras murales hechas expresamente para complementar el discurso museístico, realizadas por importantes artistas como Jorge González Camarena, Juan O’Gorman, Gabriel Flores, Eduardo Solares y David Alfaro Siqueiros.