Murales indígenas de Ixmiquilpan
En Ixmiquilpan, Hidalgo, se encuentra el templo y convento de San Miguel Arcángel, cuya construcción comenzó en 1550 bajo la dirección de los agustinos. Este complejo conserva notables ejemplos de pintura mural novohispana. Mientras que los frailes solían utilizar los murales como herramienta para predicar la fe cristiana, los frescos del templo de Ixmiquilpan destacan por no mostrar motivos exclusivamente religiosos. De manera singular, algunas de las pinturas combinan personajes prehispánicos con otros que parecen ser de la mitología griega.
Los murales entrelazan motivos europeos, como las hojas de acanto, con escenas de batallas en las que se muestran seres fantásticos enfrentándose a indígenas que están ataviados como guerreros jaguares y coyotes y que portan sus antiguas armas prehispánicas. Aunque el significado de estas obras es todavía un enigma, una de las interpretaciones sugiere que podrían representar una alegoría de la defensa de la fe cristiana por parte de indígenas conversos frente a aquellos que se resistían a la nueva religión.