México-Tenochtitlan, el ombligo de la Luna
Como símbolo del lugar prometido en el mito fundacional, el Templo Mayor de Tenochtitlan era el corazón del recinto sagrado de la capital del imperio mexica. El edificio más importante del recinto sagrado, pues estaba dedicado a sus dos deidades principales: Tláloc, el agua vital, y Huitzilopochtli, la guerra necesaria.
Sede del poder político y militar, fue el eje rector de las vidas de los mexicas. Cuna del tiempo mítico que nacía en la confluencia de las calzadas, donde se realizaban los rituales y festividades que daban sentido a la cosmovisión del pueblo tenochca. Ese pueblo elegido por Huitzilopochtli para imponerse sobre los otros, cuando, en su errancia, encontraran el presagio que les indicaría que ahí debían fundar su ciudad. Una urbe inmortal situada en el ombligo de la luna, pues “en tanto permanezca el mundo, no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitlán”.