Mandíbula de mastodonte americano
El patrimonio cultural de México no sólo está conformado por vestigios arqueológicos, históricos o manifestaciones vivas de sus comunidades. También lo integran los restos fósiles, testimonios de épocas remotas que permiten reconstruir los paisajes y formas de vida que existieron millones de años antes de nuestra era.
Un ejemplo de este legado es la mandíbula de un mastodonte americano, especie emparentada con los elefantes actuales que habitó gran parte del territorio mexicano durante el Pleistoceno. Estas piezas, además de su imponente presencia, son fuente de información para comprender cómo era el entorno natural y qué especies coexistieron con los primeros pobladores del continente.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su Consejo de Paleontología, trabaja en la investigación, protección y difusión de este patrimonio fósil, consciente de que forma parte de nuestra memoria colectiva.
