Los eclipses y los presagios mexicas
Este 8 de abril de 2024 en nuestro país se podrá observar uno de los fenómenos astronómicos más sorprendentes: un eclipse total de Sol. Este suceso se presenta cuando la Luna se alinea con Sol de tal manera que se sobrepone a él cubriendo todo el disco solar. Desde tiempos remotos, las civilizaciones alrededor del mundo han otorgado diferentes significados a estos acontecimientos, y las culturas prehispánicas, que en su mayoría se distinguieron por ser grandes observadoras de la bóveda celeste, también les otorgaron a estos fenómenos características rituales y religiosas.
Para algunas sociedades prehispánicas, los eclipses, especialmente los de Sol, solían tener connotaciones de presagios. Así se puede inferir por dos de los acontecimientos más importantes de la historia mexica: la fundación y caída de México-Tenochtitlan. La primera se relaciona con el eclipse solar ocurrido el 21 de abril de 1325, hecho que, según algunos expertos, los mexicas tomaron como otro presagio para asentarse en el Valle de México, pues tenían como deidades a la Luna y al Sol y el eclipse representaba la lucha entre estos dos astros y sus representaciones de Coyolxauhqui y Huitzilopochtli, respectivamente.
De acuerdo con el arqueoastrónomo Aarón González, la caída de Tenochtitlan también se relacionó con un presagio marcado por un eclipse. En 1507, alrededor de los días de la última ceremonia del Fuego Nuevo sucedería un eclipse de Sol que Moctezuma tomaba como un presagio funesto, pues, según apunta el arqueoastrónomo, días antes de este fenómeno los sacerdotes del tlatoani se acercaron a él para reprocharle que aún no había encendido el Fuego Nuevo para el ritual religioso.