Lorenzo Rodríguez y el Sagrario de la Catedral Metropolitana
Lorenzo Rodríguez fue un arquitecto nacido en Guadix, España. Aprendió el arte de la arquitectura en varias ciudades andaluzas como Cádiz, Granada y Sevilla. A la Nueva España arribó en 1731 y diez años después logró obtener el grado de maestro dentro del gremio de arquitectos, del que después también fungió como veedor. Entre las obras que realizó en la capital novohispana se destacan la fachada posterior del Colegio de San Ildefonso, la fachada de la capilla del Colegio de las Vizcaínas y el Sagrario de la Catedral de la Ciudad de México, cuya construcción se comenzó en 1749.
Este edificio fue concebido como parte del conjunto catedralicio para alojar documentos, prendas de los clérigos y, lo más importante, el sacramento de la eucaristía. El diseño trazado por Lorenzo Rodríguez se destaca por sus dos fachadas, una principal, al sur, y una lateral, al oriente, las cuales sobresalen por su intricado y exuberante estilo barroco, influido por aquel que había visto en Andalucía. Asimismo, a Rodríguez se le atribuye la profusión que el barroco estípite tuvo durante el siglo XVIII, pues como lo señala el bachiller Juan de Viera en su Breve y compendiosa narración de la Ciudad de México (1777): “[las fachadas] pueden ser pauta de la arquitectura y escultura, pues allí, en el orden composito se dejan ver maravillosos estípites, cornisas, frisos y hermosísimas estatuas, cuya escultura he visto a muchos artífices ir a copiar infinidad de veces”.