Nacido en Italia a inicios del siglo XVIII, Lorenzo Boturini Benaducci fue una figura fundamental para la historia y la historiografía mexicanas. Movido por su devoción al culto de la Virgen de Guadalupe, del cual era ferviente creyente, llegó a la Nueva España en 1736 con la intención de profundizar en la documentación y promoción de este culto mariano.

Su interés por la historia del Nuevo Mundo lo llevó a reunir una valiosa colección de documentos prehispánicos, cuyo impacto en la historiografía mexicana sigue siendo relevante hasta nuestros días. Entre los manuscritos que logró recopilar se encuentran verdaderos tesoros de la historia indígena, como la Historia tolteca-chichimeca, el Códice de Cholula, el Códice Xólotl, el Códice Chimalpopoca o la Historia de Tlaxcala. Entre estos documentos destaca la Tira de la peregrinación, también llamada Códice Boturini por haber pertenecido a su colección, en la que se narra la historia migratoria de los mexicas desde Aztlán.

Basado en estos documentos, publicó en 1746 su Idea de una nueva historia general de la América Septentrional, obra en la que, con una visión moderna, expone el proyecto y las bases para una historia completa de las culturas indígenas y los eventos históricos de la Nueva España. Este proyecto lo continuó en su Historia general de la América septentrional. De la cronología de sus principales naciones, sin embargo, sólo logró publicar el primer volumen en 1749.

Boturini no sólo rescató documentos clave de la memoria indígena, sino que también sentó parte de las bases para la práctica historiográfica en México. Su trabajo es un claro ejemplo del rol de las y los historiadores como guardianes de la memoria cultural. Hoy, en el Día de las y los Historiadores reconocemos a quienes, como Lorenzo Boturini, dedican su vida a desentrañar el pasado y preservar la identidad cultural, a través de su incansable trabajo por comprender y documentar el pasado con la finalidad de analizarlo e interpretarlo para darle sentido al presente.