Las Labradas: huellas del pasado frente al mar
En la costa de Sinaloa, donde el océano Pacífico besa la arena, se encuentra Las Labradas, una zona arqueológica única en su tipo. Su nombre proviene de los más de 700 petroglifos tallados en rocas volcánicas, pruebas silenciosas de los antiguos pueblos que plasmaron su cosmovisión en la piedra. Estas representaciones incluyen figuras humanas, animales, plantas y patrones geométricos, muchas de ellas vinculadas al sol, la luz y el movimiento, lo que sugiere su uso como marcadores astronómicos.
Con una antigüedad estimada entre los años 750 y 1200, estos grabados han resistido el embate del tiempo y la fuerza del mar. Su cercanía con el Trópico de Cáncer ha llevado a especialistas a relacionarlos con rituales solares y ciclos estacionales. Entre ellos, destacan rostros de cabezas triangulares o circulares, con ojos expresivos y bocas pequeñas.