La Virgen de Guadalupe
Según el Nican mopohua, un texto del siglo XVII que se encuentra dentro de la obra Huei Tlamahuiçoltica y cuya autoría se ha atribuido tradicionalmente a Antonio Valeriano, el 9 de diciembre de 1531 comenzaron las apariciones de la Virgen María al indígena Juan Diego, con la intención de que se le construyera un templo en el cerro del Tepeyac, en ese entonces a las afueras de la Ciudad de México. Estos milagros culminaron el día 12 del mismo mes cuando, tras la incredulidad de fray Juan de Zumárraga ante el relato de Juan Diego, la Virgen plasmó su imagen en la tilma que este llevaba.
Desde entonces, y hasta la actualidad, la figura de la Virgen de Guadalupe se ha constituido como un icono de diversos fenómenos sociales, culturales y políticos, además, claro, de los religiosos. Por ejemplo, fue un elemento que los criollos asimilaron como parte de una nueva identidad de la nación.