La Villa de Guadalupe: arquitectura y devoción a través del tiempo
La Basílica de Guadalupe, ubicada al pie del cerro del Tepeyac, es uno de los recintos religiosos más visitados del mundo y un referente central en la historia religiosa y cultural de México. Su origen se remonta al siglo XVI, en el contexto de la evangelización y la formación de una identidad novohispana, desde entonces ha sido un punto de encuentro entre tradiciones indígenas y católicas.
A lo largo de los siglos, la traza urbana y arquitectónica de La Villa de Guadalupe se ha transformado constantemente. Tras la aparición mariana de 1531, se edificó una primera ermita para la veneración de la imagen de la Virgen de Guadalupe, pero pronto el edificio resultó insuficiente ante la creciente afluencia de devotos.
La actual basílica, inaugurada en 1976, convive con otras edificaciones históricas del conjunto guadalupano, como la antigua basílica construida en el siglo XVIII, las capillas del Cerrito y del Pocito, todos declarados Monumentos Históricos por el INAH. Juntos conforman un sitio de profundo arraigo social, donde confluyen expresiones de devoción popular, arquitectura sacra y memoria e identidad colectivas desde hace casi 500 años.
