La sacristía de El Carmen: opulencia carmelita en San Ángel
A inicios del siglo XVII se fundó el Colegio de San Ángel de los Carmelitas Descalzos. Ubicado en Chimalistac —a las afueras de la capital novohispana, en parte de una huerta cedida por el cacique de Coyoacán—, el diseño del convento estuvo a cargo del lego carmelita Andrés de San Miguel, al que se le denominaba arquitecto de la Nueva España. Aunque el recinto fue austero en un principio, de acuerdo con los votos de la orden, con el tiempo se ajustó a los cánones del estilo barroco.
La sacristía se destaca como uno de los lugares más ostentosos. Este hermoso espacio, que se conserva muy similar a cómo fue concebido por los frailes, ejemplifica el espíritu barroco de esa época. En su rica ornamentación destaca el techo con su plafón de madera lleno de relieves en yeso y hoja de oro, además de las piezas de ebanistería que los clérigos usaban para resguardar las vestiduras y objetos para consagrar. Los lienzos de Cristóbal de Villalpando y las esculturas estofadas son las piezas estelares de este recinto que permanece como un remanente del esplendor y la riqueza barroca del siglo XVII.