La madre en el mundo prehispánico
Para las culturas mesoamericanas, la madre fue una figura fundamental, reconocida como constructora, educadora y pilar de su sociedad. Este papel crucial se refleja en el abundante número de representaciones de figuras femeninas encontradas.
Algunos investigadores apuntan que, si bien eran los hombres quienes gobernaban, en realidad, en el centro de la sociedad prehispánica estaban las mujeres, especialmente las madres, pues alrededor de ellas se disponía, se repartía y se decidía el destino de la familia y de la organización social.
Asimismo, la fertilidad de la mujer representaba la característica femenina más significativa, pues, según su cosmovisión, esta fertilidad era vista como una manifestación de la fuerza creadora primordial que en algún momento dio vida al universo.
Así, en los panteones dos de las civilizaciones más sobresalientes de Mesoamérica, la mexica y la maya, abundan las diosas relacionadas con la maternidad. En el mexica se pueden contar Omecíhuatl, la gran creadora de la que surgen dioses y hombres; Coatlicue, madre de Huitzilopochtli y diosa de la fertilidad, de vida y muerte; Cihuacóatl, diosa invocada en los partos difíciles y Yoaltícitl, de los partos. Mientras que en el maya destacan Ixmucané, Ixchel, Aixchel, Ixchebeliax, Ixbunic, Ixbunieta e Ixtab, asociadas con los nacimientos, la fertilidad, la medicina, la adivinación, entre otras.