Huejotzingo: uno de los primeros monasterios novohispanos
El convento de San Miguel Arcángel de Huejotzingo, fundado por la orden franciscana en 1525, fue uno de los primeros conjuntos monásticos construidos en la Nueva España tras la Conquista. Erigido sobre un antiguo señorío indígena, habitado anteriormente por grupos olmecas-xicalancas y toltecas-chichimecas, este recinto marcó el inicio de una intensa labor evangelizadora en el Altiplano Central, cuyas repercusiones fueron no sólo espirituales, sino también culturales.
La arquitectura del complejo conventual se distingue por su sobriedad y solidez, con una fachada apenas decorada, acorde con la orden franciscana. Además del monasterio, el conjunto incluye una iglesia con elementos que, en el contexto de la evangelización, adquirieron especial relevancia, como el atrio y las capillas posas. Estos espacios fueron concebidos para la población indígena, ya que respondían mejor a su necesidad de entornos abiertos y accesibles, cargados de significados visuales y rituales, y más acordes con sus formas tradicionales de culto.
Por su valor histórico, artístico y cultural, el convento fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1994, como parte del conjunto Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl, el cual reconoce a estos recintos como núcleos fundacionales de una nueva sociedad y símbolos de una etapa determinante en la historia de México. Además, desde junio de 1985, el edificio alberga el Museo de la Evangelización.
