Fuerte de San Diego: guardián de Acapulco, uno de los puertos más importantes de la Nueva España
Acapulco fue uno de los puertos más importantes de la Nueva España, pues, gracias a su ubicación estratégica en la costa del océano Pacífico, era el punto de partida y llegada del llamado galeón de Manila (también conocido como Nao de China), una embarcación que hacía un extenso viaje marítimo para conectar Acapulco con las Filipinas y, posteriormente, con España. En esta ruta se transportaban valiosas mercancías como seda, porcelana, especias, y, por supuesto, plata mexicana hacia Asia y Europa.
Al ser uno de los centros comerciales más importantes del mundo en aquella época, su protección era necesaria ante la constante amenaza del piratas y corsarios. Para ello, en el siglo XVII se ordenó la construcción del Fuerte de San Diego, que sufrió severos daños por un sismo en 1766. Hacia 1778 se inició la edificación de una nueva fortaleza, que se concluyó en 1783 y se llamó en honor de Carlos III, aunque entre la población conservó el nombre de San Diego. A lo largo de su historia, el edificio ha funcionado como cuartel, cárcel y hospital; actualmente es sede del Museo Histórico de Acapulco.