Fe y trabajo en el mural del Colegio de San Francisco Javier
Este mural se encuentra en el acceso a la huerta, un espacio que servía como transición térmica entre el claustro bajo de novicios y el huerto. La pintura mural corresponde a dos periodos distintos: las cenefas y los ángeles sobre la puerta datan del siglo XVIII, mientras que las escenas centrales fueron añadidas, probablemente, a finales del siglo XIX.
El motivo principal del mural es la Cruz de Caravaca, considerada un lignum crucis, es decir, un fragmento del madero donde, según la tradición cristiana, fue crucificado Jesús. Su diseño, con un pie y dos travesaños paralelos y desiguales, la clasifica como una cruz patriarcal.
La composición también incluye la representación de un acueducto, diversos elementos arquitectónicos y ornamentales de la población, como una fuente, así como escenas de la vida campesina, en las que se observan personajes acarreando agua y pastoreando ganado.