El Tajín: Quetzalcóatl, Tláloc y los huracanes
La zona arqueológica de El Tajín fue nombrada así por los totonacas, quienes llegaron a la región en el siglo XIII, y cuyo significado se podría traducir como “trueno” o “humo poderoso”, en referencia al dios Huracán, pues, además, se encuentra ubicada en la costa del Golfo de México, en un área que se caracteriza por sus fuertes vientos. Así, el clima fue un factor decisivo, incluso en la elección de sus deidades principales: Tláloc y Quetzalcóatl.
Ambos dioses se veneraban como una dualidad y cada uno tenía una advocación asociada con Venus, planeta que estaba asociado con los cambios climáticos. Entre los años 850 y 1150, un cambio climático global produjo lluvias intensas, huracanes y un incremento del nivel del agua en El Tajín. Esto, a su vez, coincidió con la llegada del gobernante Trece Conejo quien transformó la ciudad y agregó nichos a los edificios en honor a Quetzalcóatl en su manifestación de viento y movimiento.