El refinamiento de la cerámica maya en la isla de Jaina
En la costa occidental de la península de Yucatán se ubica Jaina, una pequeña isla artificial, hecha con sascab (“tierra blanca”), la cual fue habitada por los mayas desde el periodo Clásico Tardío al Posclásico Temprano (600-1100 d. C.), y que sirvió como un importante puerto en la ruta comercial entre el área maya y otras zonas, como la huasteca; debido a esto, se han encontrado muestras de cerámica elaboradas tanto en el sitio, o también provenientes de ciudades como Palenque o Calakmul. En este lugar se han hallado numerosas tumbas, en cuyo interior, a modo de ofrenda, se han localizado diversas figurillas de barro que destacan por su exquisita manufactura y detalle, las cuales han servido para redimensionar la habilidad de los artesanos mayas de la época.
Dichas piezas retratan diversos personajes y escenas tanto de la sociedad, como del imaginario maya, por lo que se pueden observar guerreros, dioses, mujeres nobles, animales, seres mitológicos, entre otros, convertidos, muchas veces, en instrumentos musicales como sonajas y silbatos. Algunas de estas figurillas, que se colocaban en las ofrendas mortuorias para que acompañaran a los muertos en su camino hacia el Inframundo, se hacían con molde y se terminaban con la técnica de pastillaje.