El dios más viejo de todos: Huehuetéotl
Traducido del náhuatl, Huehuetéotl significa literalmente “dios viejo”. Fue una de las deidades más importantes de Mesoamérica, pues su figura estaba asociada al fuego, al hogar y a la sabiduría. Gracias a la evidencia arqueológica encontrada en sitios tan distantes como Cuicuilco (en la Ciudad de México) o Monte Albán (en Oaxaca), se ha podido confirmar que su culto fue uno de los más antiguos, prolongados y extensos, pues comenzó en el periodo Preclásico (400 a. C. al 200 d. C.) y continuó hasta la llegada de los europeos.
De acuerdo con algunos mitos prehispánicos, el fuego fue creado antes que el Sol y los humanos, por esa razón a Huehuetéotl se le personificaba como un anciano, para señalar su naturaleza como el más viejo de los dioses. Así, en las esculturas y cerámicas se le solía representar portando un incensario en la cabeza y en posición sedente, a veces con una joroba, se le remarcaban las arrugas y surcos de la cara y se le mostraba desdentado. En Teotihuacan se han hallado 153 esculturas de esta deidad, todas talladas en roca volcánica, que presentan la peculiaridad de tener la mano derecha con la palma abierta, mientras que la izquierda se cierra en puño.