El Castillo de El Meco: símbolo arquitectónico frente al mar
En la costa de Quintana Roo se alza majestuoso El Castillo de El Meco, la estructura más imponente de este sitio arqueológico y la pirámide más alta de la región oriental. Su silueta, de cuatro cuerpos escalonados y coronada por un templo, se distingue por su orientación única: la fachada mira hacia el mar Caribe, al amanecer, y en línea con la punta sur de Isla Mujeres, con la que compartió vínculos simbólicos durante el Posclásico.
Explorado por viajeros y estudiosos desde el siglo XIX, este edificio sorprende por conservar cabezas de serpiente en las escalinatas, las cuales evocan, inevitablemente, al célebre Castillo de Chichén Itzá. Sin embargo, se trata de un ejemplo excepcional de la arquitectura tardía de la costa maya, pues en su época de construcción predominaban los palacios columnados y no los basamentos piramidales.
Visto desde el aire, El Castillo de El Meco no sólo revela su monumentalidad, sino también la manera en que los antiguos mayas integraron su arquitectura al paisaje costero, de tal forma que, con el paso del tiempo, se convirtió en un punto de referencia histórico y cultural que aún en la actualidad dialoga con el horizonte marino.
