Convento de San Francisco: la evangelización en el norte de la Nueva España
El norte de lo que ahora es el territorio de México representó una región hostil para la labor evangelizadora de los frailes que llegaron después de la Conquista. Esta área, que abarcaba lo que actualmente son los estados de Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí, estaba habitada por grupos étnicos que se conocían con el término general de chichimecas. Hacia 1547 comenzó una guerra que duró aproximadamente 50 años entre estas etnias y los españoles, quienes buscaban minas de plata y otros minerales y metales preciosos.
A finales del siglo XVI, los franciscanos llegaron a lo que ahora es el territorio de San Luis Potosí, un lugar que consolidó su importancia dentro de la Nueva España al descubrirse las minas del cerro de San Pedro. Gracias a la explotación minera, el pueblo experimentó un incremento poblacional, lo cual, aunado a labor evangelizadora, motivó a la orden franciscana a edificar un templo y convento que dedicaron a su santo patrono. Este complejo conventual fue uno de los más importantes de la provincia franciscana de Zacatecas, que abarcaba también a San Luis Potosí. Hoy en día es sede del Museo Regional Potosino.