20 de agosto de 1847: resistencia en Churubusco
En plena intervención estadounidense, el convento de Churubusco se convirtió en escenario de una de las batallas más intensas de 1847. Aquel 20 de agosto, los batallones mexicanos —Independencia, Bravo, Chilpancingo, Galeana y otros cuerpos de guardia nacional—, bajo el mando de los generales Manuel Joaquín Rincón y Pedro María Anaya, resistieron durante horas los embates de un ejército superior en número y armamento.
Los invasores, dirigidos por Winfield Scott y David E. Twiggs, atacaron sin tregua los flancos del convento, encontrando una férrea oposición. Tres ofensivas consecutivas fueron rechazadas hasta que un depósito de municiones estalló, dejando sin cartuchos a los defensores. Aun así, Anaya y Rincón insistieron en sostener la posición, aunque las balas recibidas no correspondían al calibre de sus armas.
La caída resultó inevitable, pero la tenacidad de los combatientes mexicanos —respaldados también por el Batallón de San Patricio— quedó como símbolo de entrega y dignidad frente a la adversidad. En la actualidad, el antiguo convento de Churubusco, escenario de aquella gesta, alberga al Museo Nacional de las Intervenciones, bajo resguardo del INAH, recinto en que se conserva la memoria de este episodio, así como de otras luchas libradas en defensa de la soberanía nacional.
