Ligado a un importante pasado prehispánico-virreinal e inmerso dentro del proceso de modernización que México experimentó durante el siglo XX, este conjunto habitacional se desarrolló como una propuesta para tratar las problemáticas urbanísticas y sociales más apremiantes de la zona Nonoalco – Tlatelolco transformando, con su construcción, el concepto de ciudad. Asimismo, su historia está estrechamente vinculada con sucesos de trascendencia en la memoria colectiva como el movimiento social de 1968 o el terremoto de 1985, cuyas reminiscencias conforman el carácter de este lugar.