Hablar de mujeres en la Nueva España nos lleva a ver dos ópticas distintas, mas no únicas, de los espacios que eran ocupados por las mujeres en la sociedad: la casa y el convento. Estos espacios estaban vinculados por ser aquellos territorios donde la mujer estaba segura de la maldad del mundo, siendo su papel solo el de esposas, madres e hijas, pero siempre bajo la tutela de un varón terrenal o celestial. Pero dentro de los espacios que escapaban a la idea de observancia y valores cristianos, se encontraba el prostíbulo y el bosque, donde las mujeres que se dedicaban al trabajo sexual y a la brujería escapaban de la mirada y control social. En este recorrido podremos descubrir esos espacios y allegarnos a las formas en que las mujeres desarrollaban su vida cotidiana, los retos y las formas en que transgredieron a la sociedad de su época.