Erigida entre antiguos talleres y depósitos para los tranvías eléctricos, este espacio fue uno de los primeros fraccionamientos urbanos establecidos fuera de la traza virreinal de la Ciudad de México. Hacia el siglo XX, con la construcción del Hospital General, esta zona fue dotada de mayor infraestructura y adquirió mayor dinamismo, por lo que empezó a colmarse de diversos tipos de viviendas, iglesias, tiendas, parques, mercados y cines que contribuyeron a generar un ambiente de barrio, el cual todavía pude experimentarse al caminar entre sus calles que reflejan parte de su rica historia y diversidad cultural.