Manuel Tolsá dejó un importante legado, que perdura hasta nuestros días, como testimonio de los cambios de pensamiento en la transición del siglo XVIII al siglo XIX. Su genio creativo no se limitó a la arquitectura, sino que también dejó su marca en la escultura, pues fue responsable de la creación de obras que embellecen iglesias, plazas y edificios públicos en México, mostrando su habilidad para capturar la esencia y la belleza de la corriente neoclásica.