• Las figuras son emblema de la región Costa Maya Oriental y fueron intervenidas por el Promeza, en el marco de las obras del Tren Maya
• Los trabajos de conservación y restauración consistieron en tareas de limpieza, adhesión de fragmentos, relleno de huecos, resanes y reintegraciones de color
En diciembre de 2023, concluyó la etapa de restauración de las siete figuras de dioses descendentes y murales del Proyecto de Conservación de Bienes Muebles Asociados a Inmuebles, de la Zona Arqueológica de Tulum, en Quintana Roo, como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el marco de las obras del Tren Maya.
Durante este trabajo desarrollado por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), además, se realizó la conservación-restauración de la pintura mural y los relieves de estuco y aplanados de los edificios más emblemáticos del sitio: los templos de los Frescos y del Dios Descendente, las casas del Chultún y del Halach Uinic, y El Castillo, en los que se preservan representaciones de dicha deidad.
La responsable del proyecto de restauración, Patricia Meehan Hermanson, explica que el dios descendente fue la figura emblemática de la región Costa Maya Oriental, en Quintana Roo.
El restaurador Jesús Antonio Muñoz Cinta, quien forma parte del equipo, explica que su típica posición contorsionada evoca un cuerpo humano cayendo, cuyas piernas van abiertas y flexionadas hacia arriba; el torso, de espalda, se percibe parcial o completo, los brazos semiarqueados, hacia abajo, sostienen algún objeto, y la cabeza casi siempre ve de frente al espectador. Algunos de sus atributos y atuendo suelen variar.
A pesar de que se han localizado imágenes de personajes en posición descendente en varias zonas de Mesoamérica, es en la Costa Oriental donde toma un lugar protagónico, modelado en estuco adosado a la arquitectura de varios edificios de sitios como Tulum, Cobá y Tancah, además de haberse representado en cerámica, códices y pintura mural, durante el periodo Posclásico (900-1542 d.C.).
Las acciones consistieron en tareas de limpieza, adhesión de fragmentos, relleno de huecos, sellado y amarrado de los bordes de las áreas dañadas para evitar mayores pérdidas; la aplicación de resanes y reintegraciones de color en los faltantes, lo que permitió la protección de las pinturas y relieves.
Durante la temporada de campo que acaba de concluir se conservaron los siete dioses descendentes encontrados, hasta la fecha, en Tulum: En el Edificio 16 o Templo de los Frescos se restauraron dos; en el Edificio 25 o Casa del Halach Huinik se localiza uno de los mejor conservados y más llamativo. Otro está en el Templo del Dios Descendente, el más conocido de Tulum por dar nombre al Edificio 5, el cual también conserva un alto porcentaje de su cuerpo y de la pintura que lo decoraba. Los vestigios de uno más fueron hallados en un nicho del Edificio 20.
Por último, el Edificio 1 o El Castillo tiene dos figuras más, una está en el centro del friso del templo, y la otra, debajo en el pasillo abovedado, como parte de una compleja escena en una pintura mural.
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