*** Siguen reproduciendo discursos e historias oficiales creadas por varones cisgénero y heteronormados, señalaron panelistas de México, Portugal y Perú
*** En el 10° Encuentro Iberoamericano de Museos se reconoció la necesidad de contar con personal capacitado en la materia
Cada junio, instituciones, galerías y museos de América Latina y otros países del mundo agregan a sus redes sociales los colores y banderas de las comunidades LGBTTTIQ+, y aunque tales acciones son importantes, a menudo, reconocieron activistas y especialistas en género y museología, resultan insuficientes para generar una auténtica inclusión.
Al participar en el panel “Derechos culturales para una sociedad más sostenible: perspectiva de género e inclusión”, efectuado en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, como parte del 10° Encuentro Iberoamericano de Museos, expertas y expertos de México, Perú y Portugal abordaron la necesidad de crear un auténtico estado de la cuestión en esta materia.
Bajo la moderación de la directora del Museo Nacional de las Intervenciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Cecilia Genel Velasco, en el panel expusieron cómo la mayoría de las narrativas museales siguen enfocadas en contar la historia y los discursos de “los vencedores”.
“Los museos siguen siendo contenedores de la historia oficial, creada por varones blancos, cisgénero y heteronormados. Es por ello que toda transformación debe reconocer que estos espacios han sido reproductores y productores de esos discursos”, señaló la coordinadora cultural en el Museo Nacional (Muna) de Perú, Gabriela Eguren Scheelje.
A su vez, el profesor de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México, Benjamín Martínez Castañeda, rechazó aquellas iniciativas que, en materia de género, se realizan en recintos museísticos, las cuales no solo son superficiales, sino que llegan a ser contraproducentes, como las relativas a la programación de actividades en junio, Mes del Orgullo LGBTTTIQ+, invitando a personas travestis, queer y transgénero a dar recorridos guiados por sus espacios.
El investigador contrastó los anteriores casos con proyectos como el del Museo Q, de Colombia, el cual, pese a no tener una sede fija, organiza conferencias, exposiciones y performance, ya sea física o virtualmente, a fin de confrontar el relato nacional colombiano con las historias y las memorias de la comunidad LGBTTTIQ+.
En este sentido, Cecilia Genel Velasco y Flora Brochado Maravalhas, académica de la Universidad de Lisboa, Portugal, instaron a un mayor compromiso por parte de las instituciones culturales iberoamericanas, no solo para que sus contenidos tengan perspectiva de género, sino que sus trabajadores, desde directivos e investigadores hasta personal de seguridad, reciban capacitación continua en la materia.
De cara al futuro, apuntó Gabriela Eguren, la consigna de los museos debe ser la de “trackear” sus discursos, es decir, crear nuevas narrativas que se atrevan a romper fronteras, a no esconder la diversidad, a ver al museo como espacio de libertad y, asimismo, “a no rehuir del debate cuando otros visitantes se quejen, por ejemplo, del porqué se gastan sus impuestos en exposiciones o actividades incluyentes”.
Como conclusión a su ponencia, la funcionaria del Muna relató una anécdota en este recinto peruano, relacionada con la colocación de un muro con la leyenda ‘¿Estamos en los museos?’, el cual fue resignificado por la comunidad LGBTTTIQ+, a tal grado que sus signos de interrogación fueron cambiados por los de exclamación.
En dicha pared, habilitada con marcadores y notas adhesivas para recoger los testimonios y las historias, “vimos a un ‘niñe’ que cuando la observó, debido a la emoción que significó reconocerse por fin en un espacio museal, corrió por todas las salas hasta buscar a una amiga que le tomara una foto. Lograr esto es, para nosotros, lo verdaderamente transformador e incluyente”, finalizó.