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Fundación cubana Fernando Ortiz otorga su Premio Internacional al historiador mexicano Salvador Rueda Smithers. Foto: Mauricio Marat. INAH.

• El reconocimiento atiende a “los altos valores de su obra científica, su condición de promotor cultural y su ingente labor como director del Museo Nacional de Historia de México”

• El investigador del INAH destaca el trabajo de la fundación en la difusión del pensamiento cubano y la cultura popular caribeña y latinoamericana

Boletín 824

 

La Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), felicita al historiador Salvador Rueda Smithers, investigador de esta institución durante casi cinco décadas, por el Premio Internacional Fernando Ortiz, otorgado por la fundación dedicada a la divulgación de la vida y obra del sabio cubano, y al desarrollo de investigaciones científicas sobre la identidad cultural del país caribeño.

 

En su anuncio, la institución cultural cubana, de carácter público y civil, no gubernamental, destacó que la concesión de su máximo galardón al maestro Salvador Rueda atiende a “los altos valores de su obra científica, su condición de promotor cultural y su ingente labor como director del Museo Nacional de Historia, de México”.

 

Rueda Smithers recordó que la Fundación Fernando Ortiz se instauró en 1995, a iniciativa del poeta, narrador y etnólogo Miguel Barnet Lanza, en reconocimiento a la labor de su mentor, el abogado, antropólogo, historiador y diplomático Fernando Ortiz Fernández (1881-1969), en el estudio de las raíces histórico-culturales afrocubanas y la profundización de los procesos de transculturación y formación histórica de la nacionalidad cubana.

           

“Me gusta el lema de esta fundación: ‘Ciencia, conciencia y paciencia’, porque este juego de palabras conlleva un principio de vida; y la idea fundamental de la institución es conservar un patrimonio, primero, el de don Fernando Ortiz y, segundo, el del pensamiento cubano contemporáneo y la cultura popular caribeña y latinoamericana, es decir, busca el dibujo de perfiles con raíces africanas, indígenas y mestizas, a partir de elementos identitarios, no para homogeneizarlos, sino para armar el rompecabezas antropológico que esto significa”.

 

El también director del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, hizo hincapié en el legado del presidente de la Fundación Fernando Ortiz, Miguel Barnet, a quien se rindió homenaje en la 34ª Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, del INAH, con la reedición de un clásico de la antropología: Biografía de un cimarrón (1966), su novela testimonio, la cual marcó a la generación de científicos sociales surgida en la década de 1970.

 

Por aquel entonces, el INAH, a través de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, emprendió un ambicioso programa de historia oral. Su responsable, Alicia Olivera, dio la instrucción a los jóvenes historiadores, entre ellos el propio Salvador Rueda, de realizar entrevistas a veteranos zapatistas teniendo bajo el brazo ese título, “al ser ejemplo de la oralidad convertida en literatura, mediante las técnicas etnográficas.

 

“En los años 80, tuve la fortuna de coordinar, desde la Dirección de Estudios Históricos del INAH, un proyecto de historia oral, y Biografía de un cimarrón fue, de nuevo, básico para emprender el rescate y después la construcción de historias de vida, yendo de la caracterización física, a la descripción de imaginarios y mentalidades de generaciones anteriores”, expone el galardonado.

 

Desde el Museo Nacional de Historia, concluye, “en el discurso museográfico hemos procurado recuperar la vida de las y los ciudadanos y de los grupos sociales, como participantes de una cultura civil rica, lo cual nos permite abordar religiosidad, costumbres alimenticias, música, giros lingüísticos, maneras diversas de ver el mundo, ideas que tenemos sobre nuestro pasado, es decir: lo que pasó, lo que creemos que pasó, lo que deseamos hubiera ocurrido y cómo lo construimos con palabras”.

 

Salvador Rueda Smithers es licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y maestro en Historia del Arte por la Universidad Iberoamericana. Desde 2005, es titular del Museo Nacional de Historia, el cual también encabezó en el periodo 1990-1992. Ha sido profesor de Arte Prehispánico, Revolución Mexicana e Historia Mundial en las citadas casas de estudios, así como en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

 

Ha elaborado y publicado, en coautoría, títulos como: Códices y documentos sobre México; Pinceles mexicanos. Tres mil años de pintura; Zapata en Morelos y De la A a la Z. El conocimiento de las lenguas indígenas de México, por mencionar algunos.

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