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La actividad académica contó con la participación de 12 estudiantes de licenciatura y posgrado. Foto: Leonardo Hegel Mercado Millán.

• Se efectuó en el Centro de Investigación Paleontológica Quinametzin, entre enero y mayo de 2024, con la participación de 12 estudiantes de licenciatura y posgrado

• Instruyó en la lectura y decodificación de los huesos y el estudio de la fauna pasada, a partir de organismos actuales

Boletín 304

 

Para fomentar la buena praxis en la investigación paleontológica en México, en el Centro de Investigación Paleontológica Quinametzin (Cipaq), en Santa Lucía, Estado de México, se realizó el primer curso “Anatomía de vertebrados (amniotas) para paleontólogos”, como parte del proyecto Los procesos curatoriales del acervo paleontológico del Centro de Investigación del INAH, desarrollado por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

 

El curso ideado, creado y efectuado por el paleontólogo Angel Alejandro Ramírez Velasco, investigador asignado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías al INAH, para dar seguimiento a la atención de materiales fósiles en el Cipaq, se impartió de enero a mayo de 2024, a 12 estudiantes de nivel licenciatura y posgrado de diversas instituciones académicas y de investigación, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las autónomas Metropolitana y de la Ciudad de México, el Instituto Politécnico Nacional y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), entre otras.

 

La investigadora del INAH, comisionada en el Cipaq, Felisa Aguilar Arellano, informó que el objetivo es cubrir información básica, o bien, que no se da en la licenciatura, a fin de orientar detalles específicos para el estudio de los fósiles, y enfocar al Cipaq como referente para distintas líneas de investigación sobre vestigios fósiles.

 

El paleontólogo Ramírez Velasco señaló que en el Cipaq no solo se pretende fomentar los análisis morfológicos en los huesos, sino “enseñar a estudiarlos desde distintas ciencias o disciplinas, como la veterinaria, informática, física, química, tafonomía, geología, anatomía o las ciencias sociales, porque hay mucho desconocimiento sobre los huesos como un órgano”.

 

Durante sus años de docente en la UNAM, dijo, percibió falta de conocimientos sobre la biología de los huesos, lo que provoca que a los estudiantes se les dificulte su aprendizaje y asimilación de los conocimientos y, por ende, cometen errores.

 

Este curso prepara a los estudiantes para realizar mejores descripciones anatómicas, reconocer y apreciar la importancia de un fragmento, así como crear nuevas líneas de investigación a partir del material con el que cuentan, desde un solo hueso hasta un esqueleto parcial o casi completo”; incluso, busca ayudar a comprender “cómo los paleontólogos llegan a hacer inferencias sobre la biología y el comportamiento de los animales, a través de evidencias anatómicas comparables con los organismos actuales”.

 

Entre los participantes del curso está José Omar Moreno Flores, de la maestría en Ciencias Ambientales en el Tecnológico de México, campus Zacapoaxtla, Puebla, quien colabora en el proyecto que se desarrolla en el Cipaq, y necesitaba, a su modo de ver, herramientas para fortalecer su conocimiento sistemático de la anatomía de los vertebrados, ya que su experiencia era solo técnica.

 

Sus expectativas, dijo, fueron rebasadas y considera estar mejor preparado para continuar en la formación paleontológica, gracias a las herramientas que se le proporcionaron en clase.

 

Otro participante fue Leonardo Hegel Mercado Millán, de formación en Arqueología por la ENAH y colaborador del Cipaq y de la Zona Paleontológica de Rincón Colorado, en Coahuila. Debido a que su formación es en arqueología, necesitaba conocer más a fondo sobre la paleontología y los fósiles.

 

“La paleontología y la arqueología se parecen, pero no son lo mismo; sin embargo, ambas pueden divulgarse bajo estrategias similares”. El curso le enseñó que “cada accidente, orificio o marca en un fósil tiene un por qué y cuenta algo sobre la especie a la que perteneció”, expuso.

 

Finalmente, el estudiante de Ingeniería Geológica en el IPN-ESIA Ticomán, Erick Espinoza Saucedo, relató que en su escuela hay un museo pequeño con colección de fósiles, pero no entendía muchas cosas en torno a él. “El curso fue un gran apoyo, pues ahora concibo mucho mejor la mayoría de piezas de la colección; también me ha servido para identificación y descripción de mi proyecto de tesis”.

 
 
 

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