• La Dirección de Estudios Históricos del INAH invita a recorrer Los pasos del centauro; hasta el 31 de agosto de 2023
• Se integra de 14 fotografías de la Fototeca Nacional, obra gráfica de Felipe de la Torre, testimonios y un mapa de la trayectoria de 1914
En la conmemoración del centenario luctuoso de Doroteo Arango, “Francisco Villa” (1878-1923), lejos de socorrer a las dramáticas imágenes de su muerte, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), decidió recuperar uno de sus momentos más memorables: su arribo y estancia en la capital de la República, con 40,000 efectivos de la División del Norte.
Tal es el propósito de la exposición temporal Los pasos del centauro. Francisco Villa en la Ciudad de México, la cual se inscribe en las jornadas académicas “¡Viva Villa! 100 años después”, indicó en su inauguración la titular de la DEH, Delia Salazar Anaya.
Es, dijo, un diálogo entre documentos históricos: 14 fotografías de fondos de la Fototeca Nacional del INAH, testimonios villistas del Archivo de la Palabra, recopilados por la DEH, y un mapa de la trayectoria del general por la Ciudad de México; con obra gráfica de Felipe de la Torre Villalpando, para “desarmar” fotografías históricas, seleccionadas por él, y acercarse al hombre más que al personaje, “antes o aparte de haberse convertido en mito”.
La breve serie de ocho retratos a lápiz de color, se acompaña con algunos elementos iconográficos “para intentar entrever sus actitudes, su relación con los demás, sus aspiraciones, sentimientos y pensamientos, enmarcados por el dorado maltrecho de la mitología santona y de sus ‘dorados’ (sus mejores soldados)”.
Las investigadoras de la imagen, Rebeca Monroy Nasr y Rosa Casanova son las curadoras de la exhibición Los pasos del centauro. Francisco Villa en la Ciudad de México. Para Monroy Nasr, la muestra “propone una mirada que humaniza y se reapropia de la figura heroica, para verla desde la complejidad de nuestro presente, pues muchas de las imágenes de Villa y la lucha revolucionaria se han incorporado a un relato rígido que requiere ser revisitado e interpelado”.
El encuentro de Villa y sus “dorados” con Zapata y 18,000 hombres del Ejército Libertador del Sur, en la Ciudad de México, dejó rastro indeleble en el imaginario nacional “bajo la forma de un puñado de estampas que nos habitan: la silla presidencial acechada por el pueblo, las tropas revolucionarias venidas del México rural cabalgando por la urbe moderna, los recios caudillos que alcanzan la inmortalidad sin tocar el poder…”, expresó Casanova.
La conmoción de aquellos días en la capital fue evidente para los asistentes a la inauguración de esta muestra, ya que previamente se proyectó la película De Victoriano Huerta al asesinato de Villa, musicalizado en vivo por el pianista José María Serralde.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en historia del cine, Aurelio de los Reyes García Rojas, comentó cada rollo que compone la cinta.
De entre los rollos que la integran, producto de 50 años de investigación en los acervos de Filmoteca Nacional y que fueron restaurados hace 10 años, sobresale el que da cuenta del arribo y permanencia de los convencionistas en la Ciudad de México, cuya trayectoria pueden seguir las y los visitantes de la muestra, a través de un mapa creado por el historiador Daniel Chargoy Ruiz.
En aquel entonces, el caudillo norteño se reunió con Zapata en Xochimilco y entró junto con este a Palacio Nacional, protagonizando episodios como aquel en el que renombró a la céntrica calle de Plateros como calle Francisco I. Madero, o cuando derramó lágrimas frente a la tumba del apóstol de la patria, en el Panteón Francés.
El interés que despertó lo corroboran testimonios de sus huestes y de los diarios de la época. Por ejemplo, el teniente coronel Gilberto Nava Presa, citó: “nos adoraban a todos los de la División del Norte […] Me acuerdo de los zapatistas pobrecitos, todos venían en calzones, muy mal pertrechados, unos cuantos cartuchos. ¡Nosotros no!, traíamos las carrilleras bien llenas, hasta la cintura”.
En su edición del 7 de diciembre de 1914, El Monitor dejó escrito para la posteridad: “Cabalgaba el General Villa en hermoso alazán tostado y vestía uniforme azul oscuro con guerrera de divisionario bordada de oro, y llevaba enormes botas federicas […] Los aplausos y vítores al paso de los jefes no cesó ni un instante, los gritos de ‘¡viva Villa y viva Zapata!’ era lo único que se oía atronando los aires”.
Los pasos del centauro. Francisco Villa en la Ciudad de México permanecerá hasta el 31 de agosto de 2023, en la Dirección de Estudios Históricos (calle Allende No. 172, centro de la alcaldía Tlalpan). Horario: lunes a viernes, de 11:00 a 18:00 horas. Entrada libre.