El Museo Regional de Nayarit abre la exposición Mawarirra, en memoria de Marina Anguiano

Durante una semana, en enero de 1971, la novel etnóloga Marina Anguiano Fernández permaneció con su padre, el pintor Raúl Anguiano, en San Andrés Cohamiata, Jalisco, donde documentaron la ceremonia del Cambio de varas. La exposición Mawarirra. Un viaje al mundo mágico de los huicholes recupera aquella experiencia, decisiva en la vocación de quien dedicaría más de medio siglo al estudio de la cultura wixárika.

Con la apertura de esta muestra, en el Museo Regional de Nayarit (MRN), la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)), inició el homenaje póstumo a la maestra Anguiano (1945-2023), referente de la tradición etnológica mexicana, en coincidencia con el que hubiera sido su cumpleaños 78.

La coordinadora nacional de Antropología, Paloma Bonfil Sánchez, y los titulares del Centro INAH Nayarit, del MRN y de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS), Othón Quiroga García, Miguel Ángel Delgado Ruiz y Eduardo González Muñiz, inauguraron el programa conmemorativo, en el que alumnos, amigos, colegas y familia dieron testimonio de la intensa vida y fecunda obra de Marina Anguiano.

La subdirectora académica de la DEAS, Blanca Cárdenas Carrión, refirió que el origen de la muestra fue la entrega que hizo la propia Marina Anguiano a la Biblioteca “Miguel Othón de Mendizábal” de la DEAS, del libro homónimo, editado en 1972, el cual reúne 31 dibujos, hechos por Raúl Anguiano en aquel trabajo de campo de enero de 1971, cuyo ejemplar está disponible en la página del repositorio.

“Anguiano se mostró entusiasmada de que una exhibición reviviera esa experiencia iniciática, y estuvo pendiente de su avance. Desafortunadamente, no pudo ver concretado el proyecto”, refirió la académica.

Destacó que la muestra respetó el título del volumen, Mawarirra. Un viaje al mundo mágico de los huicholes, para hacer una conexión de tiempo y espacio. Así, el público podrá admirar 27 impresiones en gran formato, principalmente de retratos de hombres y mujeres wirraritari que posaron a la mirada de Raúl Anguiano, en aquel invierno.

Las imágenes se intercalan con un extracto del prólogo que Marina Anguiano escribió para la publicación, destacando la importancia de la Mawarirra o fiesta del toro, que consiste en el sacrificio de este animal para alimentar a los dioses. Asimismo, se reproducen descripciones, casi poéticas, del pintor, alrededor del paisaje y la vida de los huicholes.

“Ese viaje a San Andrés Cohamiata, a donde llegaron en avioneta, fue significativo para Marina, por la relación estrecha que tuvo con su padre y por el lugar, el cual le impresionó lo suficiente para nunca dejar el Gran Nayar. Lo entiendo, porque algo así me pasó con la Sierra Tarahumara y sus culturas. Desde la primera vez que pisas esas montañas, dices: de aquí soy”, expresó la curadora de la exhibición.

Cárdenas Carrión señaló que a Marina Anguiano le apasionaba el trabajo audiovisual y eso la convirtió en una excelente divulgadora, ejemplo de ello son sus documentales Volar como pájaros: las fiestas del tambor y del elote entre los huicholes y Xarikíxa: la fiesta del maíz tostado, proyectados como parte del programa conmemorativo.

Precisó que la homenajeada, además, era conocedora de los pueblos indígenas de Guatemala, Ecuador y Perú; y aunque en los últimos años su estado de salud le impedía internarse en la sierra nayarita, continuó sus indagaciones en asentamientos huicholes urbanos de Tepic, como la colonia Zitakua y en otras localidades de municipios aledaños, entre otros, El Nayar, la Yesca y Santa María del Oro. Todas ellas se recogen en su antología Los huicholes o wixaritári: entre la tradición y la modernidad (2018).

“Marina fue una investigadora que apostó por el INAH, y forma parte de una tradición etnológica mexicana que ahora casi no existe. La etnología ha cambiado mucho en nuestro país, pero ella se distinguió por ser una etnóloga clásica, que apuntó hacia un pueblo indígena y se quedó el tiempo necesario, así fuera décadas, para conocerlo a profundidad”, sostuvo Blanca Cárdenas.

Finalmente, otro aspecto que se resaltó de la personalidad de Marina Anguiano en el homenaje póstumo fue su impulso y colaboración con colegas, e iniciativas como el Seminario Tláloc, del Instituto de Investigaciones Estéticas, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y otras más de la Universidad Autónoma de Nayarit, muestra clara de su visión transdisciplinaria e interinstitucional de la antropología.