*** La Compañía de Jesús. Raíces locales y redes globales narra su origen, su arribo a la Nueva España y presencia mundial
*** Se integra de cinco núcleos temáticos con más de 100 piezas de la colección del MNV
Tepotzotlán, Edomex.- La Compañía de Jesús se fundó en 1534, en Roma, Italia, por san Ignacio de Loyola y nueve compañeros, pero el reconocimiento papal lo obtuvo hasta 1540. Bajo un carácter misionero, dicha orden arribó a la Nueva España en 1572, y creó colegios como el de Tepotzotlán, inmueble que hoy alberga al Museo Nacional del Virreinato (MNV), el cual rinde honor a la entidad religiosa que dio origen a su recinto, mediante una exposición.
La Compañía de Jesús. Raíces locales y redes globales es el título de la muestra que abrió en el MNV, organizada por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la Universidad Iberoamericana (Ibero), con apoyo de Fomento Cultural Citibanamex y montaje de los museógrafos del propio recinto.
Durante el acto inaugural, la titular del MNV, María Amparo Clausell Arroyo, señaló que la exposición conmemora diversos acontecimientos: los 500 años de la conversión de san Ignacio de Loyola, en 1521; los 400 años de su canonización, en 1622; los 450 años de la llegada de los jesuitas a la Nueva España; el 80 aniversario de la fundación de la Ibero, en 1943; y es preámbulo del 60 aniversario del MNV, el año entrante.
“Es una exhibición de historia, no de arte, lograda con el apoyo de muchos; esfuerzos conjuntos como estos engrandecen a nuestro país, a nuestra historia y patrimonio. Nuestra labor en el MNV es rescatar y restaurar las obras que resguarda, objetos que, como los de esta muestra, estaban en un repositorio o en proceso de restauración, y hoy salen a la luz para conjugarse con el resto de las piezas permanentes, a fin de que el público pueda dimensionar la importancia de la Orden Jesuita”, indicó.
A su vez, el curador y profesor del Departamento de Historia de la Ibero, Andrés Calderón Fernández, mencionó que el objetivo de esta tarea fue renovar el discurso museístico del recinto y dejar la instalación permanente en el segundo nivel, ya que en el MNV hacía falta mencionar cuál orden católica fue la artífice de esta construcción.
En su intervención, el socio del padre provincial de la Compañía de Jesús en México, José Francisco Méndez Alcaraz, dijo que los jesuitas buscaron fundar comunidades cristianas desde un proceso de inculturación en las mismas culturas; en el caso de México, para unir a las esferas sociales y étnicas, se eligió a la Virgen de Guadalupe como signo global que les aglutinaba en una sola raíz.
Dividida en cinco núcleos temáticos, dispuestos en igual número de salas, la exposición se integra por más de 100 piezas del propio MNV, entre óleos, esculturas, textiles, objetos litúrgicos de plata, porcelanas, libros antiguos y de coro; facsimilares de documentos de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero de la Ibero, así como reproducciones del Museo Nacional de Historia y del banco de imágenes de Stock Alamy, de Estados Unidos.
La sala uno, “La Compañía de Jesús, brazo universal de la Reforma católica”, versa sobre el origen de esta y su arribo a la América española, por orden del prepósito general Francisco de Borja. Resalta la pintura de caballete del siglo XVII, de autor anónimo, Aparición de la Virgen a san Ignacio de Loyola.
El segundo módulo, “Los jesuitas, maestros y confesores”, remite a la instrucción educativa de esta orden por el mundo y la formación de grandes alumnos, como el astrónomo alemán, Christophorus Clavius, quien desarrolló el calendario gregoriano. Se exhibe una casulla mortuoria del siglo XVIII, con brocado de oro y plata en seda de colores, usada para el officium defunctorum; mediante la proyección de un planisferio se indica la presencia de la Compañía en los cinco continentes, hacia 1749.
En la sección subsecuente, “La Compañía, misionera en el mundo” se documenta su labor misional en China y las Californias, entre otras piezas, se presenta un libro de coro de canto llano del siglo XVIII, porcelana china y una escultura de bulto de san Francisco Javier, del siglo XVII.
La cuarta sala: “Las devociones jesuitas y la identidad novohispana”, alude al culto guadalupano que promovieron, para ello, se colocó un altar cuya pieza central es un óleo sobre tela anónimo del siglo XVIII, con las cuatro apariciones de la Virgen de Guadalupe. Asimismo, en el pasillo de acceso a esta se dispuso una pintura de esa misma centuria, de José Padilla, titulada Traslado de la Casa de Loreto, restaurada ex profeso para la exhibición.
La última sala, “Expulsión y supervivencias”, aborda los personajes involucrados en la expulsión de la Compañía del Imperio español, en 1767, y la supresión que dictó el Papa Clemente XIV, en 1773. Sobresalen los retratos en óleo de Juan de Palafox y Mendoza (anónimo, siglo XVII), del rey Carlos III y de Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón, ambos hechos en el siglo XVIII.
Paralelamente, en la planta baja del recinto, el equipo del MNV adaptó un espacio lúdico en dos salas, donde por medio de cedularios en sistema braille y un video en Lengua de Señas Mexicana y subtítulos en español, se explican los cinco núcleos temáticos de la exposición. Además, mediante códigos QR y juegos de destreza, las y los visitantes conocerán personajes de la orden e interactuar con objetos, como una réplica de la máscara mortuoria de san Ignacio de Loyola.
En el acto inaugural también estuvieron, en representación del director general del INAH, la titular del Museo de El Carmen, Eva María Ayala Canseco; la presidenta municipal de Tepotzotlán, María de los Ángeles Zuppa Villegas; en representación del rector de la Ibero, el padre Juan Carlos Henríquez Mendoza, y la directora de Fomento Cultural Citibanamex, Cándida Fernández de Calderón.
El MNV se ubica en plaza Hidalgo No. 99, Barrio San Martín, Tepotzotlán, Estado de México. Horario: martes a domingo, de 9:00 a 18:00 horas. Costo de acceso $90. Los domingos la entrada es libre para el público nacional y extranjeros residentes.