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Museo del Templo Mayor refleja “lLa alumbrada” de Santa María Atzompa, Oaxaca, en su altar de muertos. Foto: Melitón Tapia. INAH.

• Con esta instalación, el recinto participa en el 4º Festival de Ofrendas y Arreglos Florales del Centro Histórico

• El altar representa la indagación in situ que hace un año realizaron especialistas del museo, con el apoyo del taller de alfarería Ruíz López

Boletín 743

 

Como familia, los vínculos entre vivos y muertos son indisolubles, por eso los pobladores de Santa María Atzompa, en Oaxaca, guardan solemnidad estos días, cuando retornan sus seres queridos que ya fallecieron; el Museo del Templo Mayor (MTM) quiso reflejar esta espera singular en su altar de Día de Muertos.

 

El recinto de la Secretaría de Cultura federal, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), participa con esta instalación en el 4º Festival de Ofrendas y Arreglos Florales del Centro Histórico; y, al igual que los altares familiares de esta población reconocida por su alfarería, la puesta fue resultado de un año de trabajo y dedicación.

 

Así lo comentó la directora del MTM, Patricia Ledesma Bouchan, en la inauguración de la ofrenda, en el vestíbulo de la Zona Arqueológica del Templo Mayor, al destacar la indagación que llevaron a cabo sus especialistas, Judith Alva Sánchez e Ingrid Hernández Gómez, en esa comunidad.

 

Acompañada del coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico, José Manuel Oropeza Morales, la titular del recinto museístico comentó que este altar, intitulado “Una gran ofrenda, una gran familia”, conecta íntimamente con el Templo Mayor, un espacio poblado de ofrendas con las que los antiguos mexicas buscaban una conexión con lo divino, en particular con los dioses Tláloc y Huitzilopochtli.

 

“Desafortunadamente, la arqueología solo puede recuperar cosas que permanecen a lo largo del tiempo: piedra, madera, hueso…, este altar está lleno de color, de formas y de olores. Originalmente, las ofrendas entre la población de México-Tenochtitlan debieron semejar esta vida, es decir, en época prehispánica se ofrendaban cosas por el estilo, pero muchos de esos materiales se perdieron.

 

“La conmemoración del Día de Muertos nos recuerda la importancia de agradecer la vida y a nuestros antepasados, porque cuando muramos emprenderemos otro tipo de viaje y de actividades en el inframundo”, manifestó Ledesma Bouchan.

 

La jefa de Comunicación Educativa del museo, Ingrid Hernández Gómez, explicó que hace un año el taller Ruíz López, encabezado por la señora Rufina, alfarera de cuarta generación, les abrió generosamente sus puertas para que se adentraran en los significados que hay detrás de cada elemento dispuesto en su altar familiar.

 

Este se componía de siete niveles, los cuales se coronaban por un arco cubierto de flores de cempasúchil. Ese marco, dijo, es el reflejo de la unión y reciprocidad de la familia a sus difuntos, que se espera lleguen al convite de este festín, como lo anuncia el aroma del barro, el maíz de los tamales y las frutas de temporada, cuya vastedad demuestra la cosecha, producto de un año de espera.

 

“Con todo cariño y respeto, a una escala menor, quisimos recuperar esos elementos para que en la Ciudad de México se conozca parte de la tradición que ha resguardado esta comunidad, generación tras generación. En nuestro paso por Santa María Atzompa, también pudimos rastrear la manifestación de ‘La alumbrada’, el momento culmen de esta conmemoración”, indicó.

 

Al respecto, la jefa de curaduría, Judith Alva Sánchez, expuso que el panteón del poblado se convierte en un punto de reunión comunitaria la noche del 31 de octubre. En “La alumbrada”, expresión que evoca el resplandor de miles de velas y veladoras sobre las tumbas, las familias velan sin comer ni hablar, conscientes de que las almas están de visita, logrando una atmósfera solemne que sobrecoge a los ajenos.

 

“Es así como el Día de Muertos incluye tanto los preparativos de la ofrenda, como la velada, reflejo de la entrega, organización y dedicación familiar a lo largo de un año. Este ciclo se cierra al amanecer, cuando los rayos del sol indican el momento de regresar a casa para continuar con la vida y recordar que todos ofrendamos porque todos somos familia”, finalizó.

 

En los días próximos, el MTM compartirá en sus redes sociales un videoclip que da cuenta del registro que llevó a cabo de la conmemoración de Día de Muertos en Santa María Atzompa, e invita a votar por su altar, partícipe del 4º Festival de Ofrendas y Arreglos Florales del Centro Histórico.

ATENCIÓN A MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Antrop. Beatriz Quintanar Hinojosa
Coordinadora Nacional de Difusión

Gabriel Ulises Leyva Rendón
Director de Medios de Comunicación.


Arturo Méndez

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