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El investigador, con 48 años
El investigador, con 48 años de trabajo en el instituto, ha destacado por el estudio de comunidades nahuas y mixtecas de la entidad. Foto: Mauricio Marat. INAH

*** El investigador, con 48 años de trabajo en el instituto, ha destacado por el estudio de comunidades nahuas y mixtecas de la entidad

*** Colegas, familiares y discípulos del académico reconocieron sus aportes en un evento celebrado en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca

Boletín 615

  

Décadas de trabajo antropológico en campo han dado a Luis Miguel Morayta Mendoza (1947) la oportunidad de analizar y recoger las más diversas manifestaciones culturales de los pueblos indígenas de nuestro país. Una de esas tradiciones señala que cuando una persona alcanza una avanzada edad, acude a su milpa para agradecer a los árboles y a la tierra el sustento que le han brindado y, a la vez, rogarles que continúen proveyendo a su familia cuando él o ella ya no estén.

 

El homenaje rendido al investigador, en el Museo Regional Cuauhnáhuac, Palacio de Cortés, en Cuernavaca, Morelos, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), representó para él la oportunidad de encontrarse “con esos árboles que alimentaron mi conocimiento, mi trabajo y mi vida”.

 

En nombre del director general del INAH, Diego Prieto Hernández, la investigadora del Centro INAH Michoacán, Aída Castilleja González, describió a Morayta Mendoza como un investigador que “encarna las mejores tradiciones del INAH en el estudio, la defensa, la recuperación y la difusión del patrimonio cultural de los pueblos mexicanos”.

 

Acompañado de sus hijas y nietas, de sus primos y de sus ‘ahijados’, como llama a los hijos de sus colegas historiadores, antropólogos y arqueólogos, el académico agradeció el apoyo que, durante los casi 50 años dedicados a la investigación dentro del INAH, se ha dado a sus colaboradores en iniciativas, como el Proyecto de Etnografía de las Regiones Indígenas de México, el cual dirigió en Morelos por 20 años.

 

Impulsor de exposiciones temporales y del Museo Histórico de Cuautla, así como de la actual renovación del guion museal del Palacio de Cortés, a la par de proyectos de difusión como la revista El Tlacuache –órgano de difusión del Centro INAH Morelos, con más de mil números publicados–, Morayta permanece humilde y no se asume como creador absoluto.

 

En su intervención, el director del Centro INAH en Morelos, Víctor Hugo Valencia Valera, reconoció a Miguel Morayta como un antropólogo excelso en el trabajo de campo, preocupado por una divulgación científica accesible para públicos más allá de la academia.

 

“A diferencia de muchos investigadores que escriben para sí mismos, Miguel siempre ha ido más allá en cada artículo, ensayo, folleto, documental o libro”, subrayó al hablar de las numerosas obras publicadas por Morayta, entre ellas Chalcatzingo, persistencia y cambio de un pueblo campesino (1980).

 

En compañía del arqueólogo Raúl Arana Álvarez, de la museóloga Ana Bedolla Giles, del académico Carlos Barreto Zamudio y del músico Marco Tafolla Soriano, Miguel Morayta compartió algunas de sus más valiosas experiencias formativas.

 

Por último, rememoró que su “bautismo de sangre” fue siendo estudiante, en los salvamentos arqueológicos realizados durante las obras de construcción del Metro de la Ciudad de México. En ese escenario aprendió el valor de aprender de los demás, ya que los trabajadores que excavaban y retiraban materiales, le enseñaron a distinguir aquellos elementos con mayor potencial arqueológico.

ATENCIÓN A MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Antrop. Beatriz Quintanar Hinojosa
Coordinadora Nacional de Difusión

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Director de Medios de Comunicación.


Arturo Méndez

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