• Las primeras dos etapas, en 2023, contemplan la restauración total del inmueble, para instalar un museo, en 2024
• Se trabaja en la techumbre, con un avance de 80%, equivalente a poco más de 2,250 metros cuadrados de cubiertas intervenidas
Con el fin de rescatar la construcción más emblemática de la Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” (UAAAN), en Saltillo, Coahuila, el famoso edificio La Gloria, considerado el alma mater de esta importante institución educativa, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia y su representación en esta entidad, acompaña los trabajos de intervención en esa edificación, la cual llevaba más de una década semiabandonada.
La Gloria es un monumento histórico datado hacia el siglo XIX y fungió como casa grande de la Ex Hacienda de Buena Vista; hacia 1923, pasó a ser propiedad de la UAAAN y, en virtud de su festejo centenario, planteó un proyecto de rescate, en 2019, pero se vio frenado por inconsistencias técnicas del despacho que inicialmente lo desarrolló.
De acuerdo con el titular del Centro INAH Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno, la universidad tomó la batuta del proyecto y asignó a su personal para la corrección del mismo, bajo la asesoría especializada del área de Monumentos Históricos del instituto en la entidad; en 2022, el INAH entregó la licencia de restauración del inmueble, donde la institución académica se encargaría de la licitación y gasto de la obra, mientras que el instituto acompañaría el proceso, bajo la supervisión del arquitecto Alán Benjamín Brizuela Mendoza.
“Antes de ejecutar los trabajos, iniciados a finales de junio de 2022, se efectuaron estudios in situ, lo que implicó calas estratigráficas en muros, elementos de ornato y en pisos, cuyos resultados ayudaron a la toma de decisiones y a plantear la restauración de La Gloria, en tres etapas”, explicó el especialista.
Las dos primeras fases, previstas a concluir este año, contemplan la restauración del monumento histórico en su totalidad: techumbre, muros, elementos de ornato, de madera y de forja, así como pisos e instalaciones.
Brizuela Mendoza comentó que los trabajos iniciaron con el sondeo y limpieza de cada uno de los elementos de madera que conforman las cubiertas de entrepiso y azotea, tal es el caso de cabrillas, vigas y tabletas, los cuales fueron sometidos a un proceso de intervención, mediante la colocación de injertos, reemplazo de piezas dañadas o flambeadas, eliminación de capas de pintura plástica, colocación de tratamiento antitermita y nutridos con aceite de linaza, mancha y ceras naturales, para protegerlos adecuadamente y darles una apariencia más natural para el nuevo uso que tendrá el inmueble.
Indicó que parte fundamental en la primera etapa fue la eliminación de filtraciones de agua pluvial al interior, que trajeron como consecuencia el deterioro de los elementos de madera, por lo que se planteó y ejecutó la intervención exterior de las cubiertas planas, así como el retiro sistemático y controlado de la teja de barro y de cemento.
Dicho proceso, dijo, requirió el análisis y clasificación de cada una de sus piezas, identificando las que se encontraban deterioradas y conservando aquellas en buen estado; para la limpieza y tratamiento de la teja de barro se utilizó impermeable con hidrofugantes, mientras que en la teja de cemento, impermeabilizantes plásticos.
“En el caso de las tejas en mal estado, se mandaron a elaborar con un proveedor, de acuerdo con las características físicas de las existentes; pero las de cemento representaron un mayor desafío, ya que para ellas no hay fabricante y el equipo optó por elaborar moldes en el sitio, basándose en las piezas mejor conservadas, los cuales se rellenaron con cemento de menor peso y compatible al original”, explicó el arquitecto.
En la tercera etapa, en 2024, se hará la integración y colocación de la museografía y museología, incluido el proyecto de iluminación. El especialista enfatizó que continúan las gestiones para saber quién realizará el trabajo, pero el objetivo es que el montaje dé cuenta de la historia del inmueble y de la universidad, así como del proceso de intervención que se lleva a cabo.
“Es de destacar la coadyuvancia del INAH con la UAAAN, por medio de su rector, Alberto Flores Olivas, y también el vínculo de nuestro centro de trabajo con otras universidades del estado, ya que en las distintas áreas recibimos a alumnos de servicio social, y queremos mantener esa sinergia colaborativa”, finalizó el director del Centro INAH Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno.